Desde San Lázaro

Le urge el fuero a López-Gatell

Lo que busca el también llamado ‘Doctor Muerte’ es el bendito manto protector que da el fuero por ser diputado federal o local.

Ni tiene posibilidades de ganar las encuestas, ni mucho menos triunfar en la elección por la jefatura del Gobierno capitalino, lo que busca el también llamado ‘Doctor Muerte’ es el bendito manto protector que da el fuero por ser diputado federal o local y aunque con un juicio de procedencia lo dejarían sin esa protección, lo cierto es que Hugo López-Gatell tiene sus veladoras prendidas a quien ostenta el bastón de mando para dormir tranquilo.

En una carrera parejera entre Clara Brugada y Omar García Harfuch para representar a Morena y rémoras en los comicios de 2024, para preservar la capital del país, visto éste como el bastión más importante de la izquierda, de repente, el propio presidente López Obrador mete con calzador a López-Gatell como suspirante y con ello, ‘desnuda’ el propósito de incorporarlo, toda vez que con ello, alcanza su premio de consolación.

Desde luego, aunque para Claudia Sheinbaum el subsecretario de Salud no es santo de su devoción, pues no le queda más que apechugar al darle la bienvenida a esa trilogía de aspirantes a sucederla en el cargo, luego de que dejara a Martí Batres como interino, y que, con Mario Delgado, serían cuatro los candidatos a ocupar esa plaza por el oficialismo.

Enumerar los yerros que ha tenido López-Gatell como responsable de enfrentar la pandemia por Covid-19 es hasta ocioso, basta decir que fueron alrededor de 800 mil muertos los que se llevó esa ola mortal, principalmente por una mala gestión de este funcionario público.

Siempre a contracorriente de lo que sugería la Organización Mundial de la Salud (OMS), López-Gatell colocó a México como el peor país del mundo, por la mala gestión en el manejo de la pandemia.

Cuando la OMS recomendó el uso del cubrebocas, López-Gatell lo rechazó; ante la aplicación masiva de pruebas de detección del virus, el gobierno mexicano las vetó; en la compra y aplicación de las vacunas avaladas por la OMS, tomaron las donadas por otros gobiernos y cuando éstas se acabaron o caducaron, vino la compra con el gobierno cubano de millones de vacunas Abdala que, para como está ahora la mutación del virus, no sirven para nada.

Siempre escatimando recursos públicos para comprar las vacunas aprobadas por la OMS y, en cambio, se inclinaron por mantener el monopolio del antígeno con vacunas cubanas, rusas o chinas.

A la fecha, luego de escuchar en la mañanera otra mentira más de que ya íbamos a tener acceso a todas las vacunas anticovid, solamente se tiene acceso a la vacuna cubana ‘patito’, porque ni está avalada por la OMS y menos sirve para proteger contra las nuevas cepas del virus.

La semana pasada, informó el presidente que ya se iba a dar la autorización a los privados para comprar las vacunas, principalmente de Moderna y Pfizer, sin embargo, falta la autorización de la Cofepris, y adivine qué, estimado lector, pues en este organismo tiene total injerencia, nada más ni nada menos que Hugo López-Gatell.

A este personaje es a quien quieren proteger para que la siguiente administración, no lo meta a la cárcel por la comisión de diversos delitos del orden penal.

En una de esas, si gana Xóchitl Gálvez la presidencia de la República, no dude que el ‘Doctor Muerte’ pasará el resto de sus días tras las rejas.

Mientras tanto, veremos cómo se desenvuelve la última etapa de la selección del precandidato de Morena para la CDMX, en la que, sin duda, López-Gatell solo será una referencia anecdótica, para luego verlo en la lista de candidatos de plurinominales a las diputaciones locales y federales.

La irrupción de Xóchitl Gálvez en el firmamento político ha causado que, incluso para la conformación de la nueva Legislatura del Congreso, se espera que ningún partido político alcance la mayoría simple y menos la mayoría calificada, esa que requiere tener un 75 por ciento del quórum.

La historia no perdona y menos los yerros mayúsculos de los servidores públicos, sobre todo si estos causan miles de defunciones. Tarde que temprano serán castigados, ya que una cosa es morir por los efectos del virus y otra fallecer por culpa de un gobierno omiso y de un sistema público de salud fallido que no tuvo la capacidad para responder a la demanda de servicios médicos, ni a tener las vacunas suficientes, ni las pruebas de detección y ni siquiera el abasto suficiente de medicamentos.

El uso electorero del antígeno cobró la vida de un buen número de mexicanos.

El maltrato a los médicos y enfermeras, así como en general a todo el personal médico del sector público y privado, fue inaudito e inhumano, y ello quedó registrado con cientos de testimonios que avalan tal abandono a las tareas sustantivas del Estado.

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