El mayor adversario que tiene Omar García Harfuch para ser jefe de Gobierno de la CDMX no está en el Frente Amplio por México, conformado por el PAN, PRD y PRI, sino en una fracción del grupúsculo de radicales que se ubican en el círculo más cercano del presidente y en el bloque de los duros que manejan a Morena, ante lo cual Claudia Sheinbaum opera para que se respete el indiscutible primer lugar que tiene el extitular de la Policía en las encuestas.
De hecho, el propio Omar sabía de la formidable resistencia que enfrentaría para buscar la jefatura de Gobierno y cuando estaba por rechazar esa posibilidad, su “jefa” lo convenció con dos argumentos irrebatibles: uno, el primer lugar que tiene por varios meses, en los estudios demoscópicos de las principales casas encuestadoras y dos, el capitalizar políticamente los buenos resultados que tuvo al frente de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de la CDMX, sobre todo al considerar que es el mayor reclamo que tienen los mexicanos.
Sabemos que al final del día quien tomará la decisión sobre el candidato de Morena y rémoras para la ‘capirucha’, será el presidente López Obrador y aunque Shienbaum ostenta el bastón de mando, lo cierto es que es tal la resistencia y el rechazo que prevalece en el oficialismo contra García Harfuch, que seguramente “seguirán operando” para dejarlo a un lado, y para ello, insisten en el ofrecimiento de un gran premio de consolación en el gabinete de seguridad de la próxima presidenta de México.
No había necesidad de poner en el paredón de los fusilados al hijo del priista Javier García Paniagua y menos desgastar su imagen pública, toda vez que es un garbanzo de a libra, en tiempos en que los políticos tradicionales mantienen niveles altos de rechazo entre la ciudadanía.
Ahora resulta que, conforme a la información filtrada a los medios de comunicación por diversas alas del oficialismo sobre la trayectoria en el servicio público de Omar, particularmente cuando laboró bajo las órdenes de Genaro García Luna, mantiene una “gran cercanía” con el extitular de la Policía Federal en tiempos de Felipe Calderón.
Se habla también de filtraciones de agencias del gobierno estadounidense, aunque esa información se ha venido publicando desde hace años, relativa a sus presuntos nexos con una fracción del crimen organizado.
Lo único cierto es que esa andanada de “fuego amigo”, no sorprende a Claudia Sheinbaum y, en ese mismo sentido, mantiene informado al presidente López Obrador.
Lo citamos en otra colaboración, no habrá rompimiento si Omar no es el ungido por Morena para mantener la capital del país y si se corre el riesgo de que si se deja de lado a Clara Brugada, es decir, no resulta ser la candidata, entonces sí habría grandes probabilidades de que la exalcaldesa de Iztapalapa jugará en contra de García Harfuch.
Hay muchas formas de desplazar a Omar del incuestionable primer lugar que tiene en las encuestas, como darle más valor a los votos que se emitan en las alcaldías en donde gobierna Morena y con esta “ponderación” arrebatarle la victoria que le corresponde al exjefe de la Policía.
Si se respeta lo que ha dicho el presidente López Obrador sobre el valor de la voluntad del pueblo, Omar García Harfuch debe ser el candidato de Morena para mantener bajo su égida a la CDMX; en cambio, si hay otro resultado, habrá triunfado la nomenclatura que ostenta el real poder en el oficialismo.
pEste es uno de los primeros grandes escollos que enfrenta Claudia Sheinbaum en su periplo rumbo a alcanzar la residencia de la República, ya que, no obstante haber sido investida públicamente por el presidente con el bastón de mando, lo cierto es que el tabasqueño tiene el control total de las candidaturas que competirán en nueve entidades federativas, entre ellas, por supuesto está la CDMX.
García Harfuch tendrá un octubre negro, ya que se recrudecerá el fuego amigo, aunque me comentan sus cercanos que también tienen algunos ases bajo la manga para usarlos en el momento más oportuno para defender sus intereses y, por supuesto, los de la exjefa de Gobierno de la CDMX.