Desde San Lázaro

Resiliencia empresarial para Acapulco

Acapulco y las zonas devastadas por ‘Otis’ dependen, una vez más, de lo que hagan la iniciativa privada y la sociedad civil.

Como sabemos, los diputados de Morena, PT y PVEM no aprobaron ni un solo peso en el Presupuesto 2024 para la reconstrucción de Acapulco, por ello, han quedado a la deriva no solo la población del puerto, sino también los otros 46 municipios de Guerrero dañados por Otis.

Los tres niveles de gobierno, el federal y estatal y municipal, en los que gobierna Morena, realizan esfuerzos dispersos para apoyar a los damnificados, empero estos se constriñen a las zonas turísticas del puerto, dejando al margen a las regiones que están lejos de los reflectores.

Por ello, Acapulco y las zonas devastadas por el meteoro dependen, una vez más, de lo que hagan la iniciativa privada y la sociedad civil en cuanto a la activación de la planta productiva que permita generar rápidamente los empleos temporales y permanentes que posibiliten ocupar a miles de trabajadores.

Además de habilitar toda la infraestructura que permita funcionar a los hoteles y a todos los negocios del ramo turístico, se requiere atender un problema que le corresponde al gobierno resolver y que es brindar la seguridad pública a todos los habitantes de Guerrero.

Los empresarios piden diversos apoyos que van desde exenciones fiscales, préstamos a tasa cero, apoyo inmediato de las aseguradoras, así como el diferimiento a un año como mínimo de sus obligaciones con el estado; sin embargo, todo esto no es suficiente sin seguridad pública.

Hasta antes del paso de Otis por la entidad, el puerto estaba en manos de los criminales y ahora se ha puesto peor, porque estos malandros marcan las condiciones de operación de los establecimientos comerciales que empiezan a operar.

Todos están obligados a pagar el derecho de piso, sin considerar las pérdidas que tuvieron con la devastación que dejó a su paso el huracán categoría 5.

Por ello, es rescatable cualquier iniciativa que se haga para abatir los índices delincuenciales en Acapulco.

Es menester destacar el esfuerzo que hacen los sectores empresariales para conminar a las autoridades municipales, estatales y federales que planean la reconstrucción de Acapulco, para que adopten medidas estratégicas que prevengan mayores pérdidas y garanticen la supervivencia y continuidad de los negocios porque, de lo contrario, solo lograrán el crecimiento exponencial de todos los males, principalmente en la operación del narcotráfico y delincuencia común.

Francisco Daniel Herrera Lau, director de Inteligencia Corporativa de Cyber Black, expresó que la devastación de Acapulco y zonas aledañas, marcada por un desastre natural y la consolidación de la delincuencia organizada, tiene, entre los desafíos actuales, la resiliencia empresarial en la reconstrucción.

Ante este panorama, agrega Herrera Lau, es crucial que las empresas, independientemente de su tamaño, adopten medidas estratégicas para prevenir más pérdidas y garantizar su supervivencia y continuidad de negocio, razón por la que propone siete medidas urgentes para desarrollar al sector empresarial y social:

•Reevaluación y planificación: después de evaluar daños y necesidades, desarrollar un nuevo plan que integre información útil y precisa para tomar decisiones efectivas con el fin de evitar nuevas pérdidas, especialmente en la cadena de suministro.

•Seguridad y protección: garantizar la seguridad de empleados y activos mediante servicios de seguridad privada, medidas físicas y tecnológicas como alarmas, cámaras y control de acceso, siempre acompañados de datos que permitan identificar amenazas y riesgos.

•Ciberseguridad reforzada: ante posibles amenazas, fortalecer la seguridad cibernética para proteger datos y sistemas informáticos.

•Coordinación frente a la delincuencia: los grupos criminales y el narcotráfico intentarán aprovecharse de la situación, ello agudizará el denominado ‘cobro de derecho de piso’ e incluso impactará en la cadena de suministro, por lo que deberán instalarse mecanismos de coordinación, colaboración e intercambio de información corporativa para mitigar esta amenaza.

•Copia de seguridad y recuperación: realizar copias de seguridad de datos y sistemas críticos (redundancia), y asegurarse de contar con sistemas de recuperación de desastres para restablecer la funcionalidad rápidamente.

•Apoyo emocional y comunicación transparente: implementar programas de apoyo emocional y mantener una comunicación transparente con personal, clientes, proveedores y partes interesadas.

•Gestión de crisis: mantener un equipo de gestión de crisis activo para tomar decisiones rápidas y efectivas ante nuevas situaciones de emergencia.

Con una planificación meticulosa, medidas de seguridad adecuadas y colaboración con la comunidad y autoridades locales a partir de acciones clave para empresas posdesastre, es posible superar la adversidad y continuar operando con éxito, además de garantizar la continuidad del negocio.

COLUMNAS ANTERIORES

Solo ella es la única responsable
Va en serio el combate a los criminales

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.