Las carteras que restan por cubrir del gabinete de la próxima presidenta serán casi ocupadas en su totalidad por personajes afines al presidente López Obrador, por lo que al final estaremos, como era de esperarse, ante un cuadro de colaboradores híbrido, es decir, provenientes de ambos, lo que de ninguna manera significa que estemos ante un gabinetazo, porque si algo ha distinguido a buena parte de los actuales integrantes del gabinete obradorista es la ineficiencia.
No sería sorpresa que, dentro de los siguientes nombres que se barajan para ocupar la Segob, SSC, Bienestar, SEP, Sedena, Marina, Turismo, Pemex, CFE, IMSS, entre otras dependencias, las familias en el poder de la 4T como los Alcalde Luján, Batres Guadarrama, Taddei y Godoy Ramos, además, claro está, de aquellos incondicionales de AMLO que gozan de su entera confianza, salten a la palestra para ocupar esas codiciadas plazas de primer nivel.
Lo relevante del asunto es que los primeros 12 colaboradores de Claudia Sheinbaum que nombró en los últimos días son capaces, honestos y cuentan con una experiencia probada en el servicio público, lo que representa una total garantía de cumplir cabalmente con sus responsabilidades.
Veremos qué tanto conviven políticamente estos dos frentes: el de los leales a la presidenta y los que deben su empoderamiento a López Obrador, ya que una cosa son las fraternas declaraciones de trabajo en equipo y otra muy diferente, la guerra sucia que se despliega debajo de la mesa. De ahí que la férrea disciplina que imponga la doctora será de vital relevancia.
Entre varios de los integrantes del nuevo gabinete —ya que estén nombrados todos los titulares de las carteras— hay cuentas por cobrar que vienen del pasado y que, sin duda, buscarán que se cubran. La grilla en todo su esplendor.
Faltaría un ‘pequeño detalle’ que se tendrá que cubrir para que, con certeza, cumplan con las instrucciones que han recibido de la virtual presidencial electa, y es nada más, ni nada menos, que el presupuesto suficiente para levantarlas, luego de que con el pretexto de la austeridad franciscana fueron desmanteladas, comprimidas y adelgazadas hasta su mínima expresión.
La reingeniería de AMLO para meter tijera al Presupuesto dañó todo el andamiaje institucional del gobierno federal, con la consecuente afectación de sus tareas sustantivas.
El presupuesto para sus tres obras insignia: la refinería de Dos Bocas, el AIFA y el Tren Maya, y otras ocurrencias, ‘mamaron’ todo el dinero público disponible, además de los programas sociales federales, que son barriles sin fondo y que con el paso del tiempo requieren cada vez mayor inyección de recursos.
Así que Marcelo Ebrard, Juan Ramón de la Fuente, Luz Elena González Escobar, David Kershenobich Stalnikowitz y Jesús Antonio Esteva Medina, entre otros, tendrán serias dificultades de cumplir con las promesas de campaña y las indicaciones de la presidenta con la misma estructura operativa y presupuesto que tienen en las dependencias que recibirán bajo su encargo a partir del 1 de octubre.
La inquietud generalizada en los círculos políticos y en el sector empresarial nacional e internacional en torno a la injerencia que tendrá el expresidente López Obrador sobre su sucesora mantiene las alertas rojas, toda vez que a cada movimiento político que ha hecho Claudia Sheinbaum, como los nombramientos de la primera parte de su gabinete, corresponde una reacción en sentido contrario, como la terquedad de AMLO de nombrar a algunos de sus incondicionales en el nuevo proyecto.
Además de impulsar la reforma judicial a la brevedad, misma que ocasionó la devaluación del peso frente al dólar, al tiempo de sembrar más incertidumbre entre los inversionistas que ven con buenos ojos el relevo presidencial.
Este incierto panorama se fortalece con las decisiones que está tomando el presidente López Obrador, como el de obligar a Claudia Sheinbaum a acompañarlo a sus giras del fin de semana y otras tantas acciones que inhiben el trabajo de la transición del gobierno federal, en la víspera de que asuma el cargo como la primera mujer presidenta de México.
Sería una gran sorpresa que los nombramientos que faltan del resto del gabinete fueran por decisión propia de la virtual presidenta electa. Si así fuera, entonces estaríamos hablando de que el bastón de mando lo tiene ella en realidad.