La cita con la historia llegó con los comicios presidenciales de Estados Unidos, en donde será determinante para el orbe el ganador de la contienda y este ya tiene nombre y apellido y se trata de la demócrata Kamala Harris, quien se convertirá en la primera mujer presidenta.
Mientras que para la mayoría de los analistas estadounidenses, la contienda está pareja en función de los datos que arrojan las encuestadoras más relevantes de ese país; para otros, la elección está definida para la abanderada demócrata.
Existen diversos datos que apuntalan esta aseveración, la primera es el repunte de la presencia electoral de los demócratas a nivel nacional desde que se pronunciaron abiertamente por la protección al aborto y, a partir de este punto de inflexión, han subido sus bonos entre el universo de las mujeres.
Podríamos decir que a la abogada Harris la respaldan las mujeres y no solo por una cuestión de género, sino también porque en los hechos ha abanderado sus causas como la elección libre sobre sus cuerpos, y en ello hay una sincronía total con el Partido Demócrata.
El tema sobre el aborto lo tomó Joe Biden desde el arranque de su campaña y esa bandera es uno de los grandes activos de los demócratas, que lo asumió Kamala como suyo, primero desde la vicepresidencia y luego como candidata.
En el tema del aborto, Donald Trump ha tenido declaraciones muy desafortunadas como el supuesto hecho de que los demócratas permiten el aborto “después de que el niño haya nacido”.
Hay que recordar que mañana, 5 de noviembre, se elige no solo al próximo presidente de EU, sino también el Congreso y miles de cargos de elección popular; y en todos los comicios el tema del aborto es objeto de varios refrendos locales.
En los estados considerados bisagra, en donde se decide la elección, el tema del aborto también ha inclinado la balanza en favor de Kamala Harris.
Otro de los rubros que hay que considerar para aseverar que Kamala Harris será la presidenta de Estados Unidos es precisamente que las casas encuestadoras serias están protegiendo su prestigio, luego de los fallidos resultados que se aventuraron a dar en la elección entre Donald Trump y Hillary Clinton, en donde fracasaron al pronosticar que era irremediable el triunfo demócrata y luego ocurrió lo mismo cuando le dieron el triunfo anticipado al magnate inmobiliario sobre Joe Biden.
Ahora, se han protegido las espaldas al ser más precavidos en sus datos y, por ello, no se aventuran a señalar un claro ganador, la mayoría de las casas de estudios demoscópicos aventuran un empate técnico y párele de contar, empero, al escudriñar las mismas encuestas, resulta que hay datos duros que apuntalan el triunfo de la exfiscal.
Otro dato duro que se debe considerar de forma relevante es sobre el voto anticipado que se hace por correo, días antes de la elección; en este rubro los demócratas han superado en una proporción de 3 a 1 a los republicanos.
Hay que recordar que para emitir el voto anticipado, una de las condiciones que se piden para hacerlo, es precisamente informar sobre su simpatía o militancia por determinado partido o, incluso, por declararse independiente.
Por ello, se puede contabilizar el voto para cada opción y el resultado apunta que los demócratas van arriba.
La encarnizada lucha que se da en los estados de la Unión Americana no da tregua; al contrario, a base de billetes y del activismo de grandes estrellas de la farándula, se disputan el voto por voto. Por un lado, están los millonarios al lado de Trump, como Elon Musk, Bill Ackman, Miriam Adelson y Diane Hendricks, entre otros; en tanto a Harris la apoyan personajes como Michael Bloomberg, Eric Schmidt y George Soros, además de las grandes estrellas como Taylor Swift, George Clooney, Oprah Winfrey, Beyoncé, Bruce Springsteen y muchos más que dejaron a un lado el micrófono y las luces para salir a las calles a buscar el voto para los demócratas.
Así las cosas, tendremos a dos mujeres como titulares del Poder Ejecutivo en México y en Estados Unidos y ello alienta cierta esperanza de que las cosas serán mejores para nuestro país, aunque como alguna vez dijera Jacobo Zabludovsky, la diferencia entre un presidente republicano y un demócrata es la que existe entre una hamburguesa de McDonalds y una de Burger King, es decir, no hay ninguna, son iguales aunque por las promesas y amenazas vertidas en campaña, lo peor que le puede pasar a los mexicanos y en general a los latinos es que Donald Trump gane la elección.