Con Trump cumpliendo sus amenazas en torno a deportaciones masivas hacia nuestro país, no solo de mexicanos, sino de otras nacionalidades, se requieren más y mejores estaciones migratorias que permitan establecer un control y manejo de esos contingentes, so pena de que ocurran tragedias, tal como ocurrió en Ciudad Juárez, con el deceso de 40 centroamericanos y hace unos días con el incendio ocurrido en Chihuahua.
Estamos ante el peor de los mundos: por un lado, la repatriación masiva y, por otro, funcionarios mexicanos ineptos como es el caso de Francisco Garduño, quien, no obstante haber tenido responsabilidad en los sucesos mortales ocurridos por el incendio en la estación migratoria de Ciudad Juárez, se mantiene en el cargo, a pesar de que desde hace más de 100 días la presidenta Claudia Sheinbaum anunció el nombramiento de Sergio Salomón, exgobernador de Puebla, como titular del Instituto Nacional de Migración, relevo que al día de hoy no ha ocurrido.
“Es muy calificado, además de una persona con muchas capacidades; le tengo mucho reconocimiento al gobernador de Puebla… no es un trabajo sencillo, pero precisamente por eso una persona tan capaz va a ocupar este espacio y él va a ser un planteamiento integral de mejora del Instituto”, dijo la presidenta el pasado 8 de octubre sobre las capacidades de Salomón.
El proceso judicial que lleva Francisco Garduño debido al deceso de 40 migrantes en la estación migratoria de Ciudad Juárez continúa y tal vez, por eso, la jefa del Ejecutivo federal no ha querido hacer el relevo, aunque hay otras versiones en el sentido de que este personaje goza de la protección del hombre de Macuspana.
Desde luego, hay un velo protector en torno a Garduño que se observó luego de las primeras pesquisas celebradas para deslindar responsabilidades en torno al percance fatal que ocurrió hace casi dos años en esa ciudad fronteriza, no obstante los innumerables testimonios y declaraciones que inculpan a los mandos superiores del Instituto de Migración.
Andrés Manuel López Obrador impidió que Garduño fuera despedido y procesado por las muertes de los 40 migrantes, lo que de suyo prevalece una especie de complicidad entre ambos personajes.
El incidente se produjo en un centro de migración en el que había 68 migrantes procedentes de Centroamérica y Sudamérica y que, de acuerdo al tabasqueño, la responsabilidad fue de los migrantes, no obstante existir la clara evidencia de que fueron encerrados con llave en diversas celdas por los custodios de la estación migratoria.
En cualquiera de los casos, Francisco Garduño lleva casi dos años atendiendo los citatorios del juez y los diversos procesos del juicio; desde luego, el costo de los viajes y los viáticos del funcionario han sido con cargo al erario público.
Las estaciones migratorias son insuficientes para mantener en custodia a los migrantes y menos tienen la capacidad para, ante una demanda desbordada por las repatriaciones de Trump, colocar estos flujos de personas que requieren todo tipo de servicios. De hecho, aunque lo han negado en la cancillería mexicana y la Segob, México se ha convertido en “un tercer país seguro”, lo que significa que el “Quédate en México” no solo aplica para los nacionales, sino también para todos los migrantes de otras nacionalidades.
El concepto de tercer país seguro surgió a raíz de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados que se firmó en Ginebra, Suiza, en 1951 y se resume en lo siguiente: cuando una persona abandona su país para solicitar asilo en otro, este segundo país puede negarse a recibirlo y remitirlo a un tercero que puede darle las mismas atenciones, conforme a los requisitos establecidos en la Convención de Ginebra para ostentar esa categoría.
El hecho es que la sobrecarga a las ciudades fronterizas mexicanas, por aceptar la repatriación de personas de otras nacionalidades, seguramente las colapsará por carecer en primera instancia del presupuesto federal correspondiente.
Las deportaciones de Donald Trump serán las mayores de la historia, incluso más que las de Bill Clinton, quien en sus dos periodos repatrió a más de siete millones de mexicanos.
Ahora esas cifras serán mínimas ante lo que se espera haga el nuevo presidente norteamericano.
Flaco favor le hace a la presidenta el mantener en su cargo a Francisco Garduño, por lo que se fortalece la versión de que este personaje es un protegido más de López Obrador, tal como ocurre con otros tipos de esta calaña, como Octavio Romero Oropeza, Rutilio Escandón, Jesús Ramírez, Martí Batres y otros más que se mantienen en la nómina del gobierno.