A continuación les presento la información necesaria para seguir, a partir del 5 de noviembre, el proceso electoral en Estados Unidos. Todos los analistas señalan que, a cinco días de las elecciones, las encuestas señalan un empate técnico en los últimos siete estados que siguen siendo competitivos en la contienda presidencial, los famosos swing states.
Y aunque la encuesta nacional no necesariamente representa una señal definitiva de quién eventualmente será el siguiente presidente, en las últimas décadas los demócratas llevan la delantera por una diferencia de dos a cuatro puntos. En este momento, la mayoría de los agregadores de encuestas nacionales le están dando solamente un punto de diferencia. Es difícil explicar: en 2016, las encuestas nacionales le daban seis puntos, a favor de Hillary Clinton, quien perdió las elecciones, debido a una mala campaña y posiblemente un voto escondido en contra de ella por ser mujer.
Pero, aun así, ambas campañas insisten, y con razón, que la decisión estará basada en los resultados en los siete estados ‘bisagra’: Arizona, Carolina del Norte, Georgia, Michigan, Nevada, Wisconsin y Pensilvania. Y en estos siete estados, la mayoría de las encuestas señalan un empate técnico, pero en los últimos días parecería que Trump podría haber crecido en algunos de estos estados.
Aunque ciertamente el primer martes de noviembre del año electoral (este año sería el 5 de noviembre) es considerado el ‘día de las elecciones’, la realidad es que se debe de considerar el ‘último día para votar’. En Estados Unidos el proceso de votación inició hace más de un mes en la mayoría de los estados, permitiendo a los ciudadanos votar en persona, enviar su boleta electoral por correo, o depositar la boleta electoral en buzones especiales. Faltando cinco días para el 5 de noviembre, ya había más de 60 millones de personas. Aunque en el pasado, los votos por correo no recibían la misma atención que los votos ejercidos el día de las elecciones, por lo cerrado de las elecciones esta forma de votar está recibiendo un escrutinio especial en los estados competitivos. Y, de hecho, el análisis del voto anticipado podría poner en jaque los resultados expresados por las encuestas hasta el momento. Con estos votos anticipados se puede establecer de qué partido y el género de los electores, y esta información será clave para predecir qué podría suceder los siguientes tres días después del 5 de noviembre.
Mientras más demócratas y mujeres salgan a votar anticipadamente, más probabilidades hay de que gane Kamala Harris.
Toda la información señala que, en el mejor de los casos, Kamala Harris pierde en una forma contundente los estados de Pensilvania, Georgia y Carolina del Norte, podría reconocer la reelección de Donald Trump.
En el caso del expresidente, aunque pierda por un margen importante varios de los estados bisagras, este jamás reconocerá que los resultados no lo favorecen, y él y su equipo apelarán ante todas las instancias, inclusive hasta después del 20 de enero, cuando tomaría protesta Kamala Harris, como la primera presidenta mujer de los Estados Unidos.
Y, de hecho, hay probabilidades de que el mismo 5 de noviembre, Donald Trump salga a declarar su victoria cuando tome la delantera en el conteo del Colegio Electoral, cuando se anuncie que él ganó los estados de Texas, Ohio y Florida, sin importar que los resultados se confirmen el resto de la noche, cuando entren los resultados de los estados del oeste de los Estados Unidos.
El 5 de noviembre será una noche larga, con pocas probabilidades de anticipar quién será el siguiente presidente de los Estados Unidos. A partir de esa fecha, será la batalla legal, y un pelotón de abogados quienes, ante las diferentes instancias, buscarán que se definan las elecciones. Si hay cuatro escenarios donde Trump y Kamala tendrían un empate en el Colegio Electoral. Si después de varias semanas, y apelaciones a múltiples instancias, se mantendría este resultado, eventualmente sería el Congreso quién definirá quién es el siguiente presidente. Mejor esperemos los resultados antes de explicar cómo se resolvería esta eventualidad.
Además del voto escondido en contra de Kamala Harris por ser mujer, o problemas con las encuestas que podrían estar subestimando el voto demócrata, también está el factor de los candidatos independientes o la candidata del Partido Verde, Jill Stein. Esta última le quita votos a Kamala Harris; lo que no es claro qué tanto apoyo recibirá el Partido Verde en los estados competitivos.
¿Quién ganará? No sé. Pero en la siguiente entrega, tendremos los resultados iniciales de las elecciones, y posiblemente una mejor idea qué tanto cambiará la democracia estadounidense.