Análisis sin Fronteras

Cambios Inevitables

Otra administración de Trump confirma que no solo tiene un mandato, pero el impacto de su segundo gobierno asegurará un cambio dramático en la democracia estadounidense.

Cuando Donald Trump llegó a la presidencia en el 2018, la clase política, gobiernos democráticos, y una parte de la población estadounidense tenía la esperanza que sería un fenómeno temporal con poco impacto a largo plazo en la economía de ese país y el “Orden Mundial” se mantendría a largo plazo. En un mundo donde la gobernabilidad de un país depende en gran parte de la confiabilidad y estabilidad que permea las decisiones que hace el gobierno y la credibilidad del presidente y su círculo cercano de asesores. Impensable que la estrategia de Trump-gobernar mediante mensajes por Twitter-sería efectiva y que el electorado aceptaría el caos y falta de estrategia que parecería rodear las decisiones que emanaba desde la Casa Blanca, serían la plataforma que daría continuidad al Movimiento MAGA en las décadas venideras.

Y el fracaso electoral en el 2020 parecería ser prueba suficiente que los cuatro años de la administración Trumpistas tendrían un mínimo impacto y MAGA sería un pie de letra en los libros de historia. La democracia liberal estadounidense habría sobrevivido, a pesar de todos los esfuerzos de Trump y sus seguidores.

La soberbia y la creencia de los demócratas de que los estadounidenses rechazarían a Trump por las investigaciones y los juicios que enfrentaban, por su desdén al estado de derecho, por apoyar las personas que participaron en la insurrección en el Capitolio hace 4 años, sus intentos de robarse los resultados electorales, y su discurso anti migrante; aseguraría su derrota. No quisieron comprender cómo es, que los electores estadounidenses confían más y odian menos a Donald Trump, que los demócratas y el “establishment” político que ha gobernado Estados Unidos en las últimas tres décadas.

Otra administración de Trump confirma que no solo tiene un mandato, pero el impacto de su segundo gobierno asegurará un cambio dramático en la democracia estadounidense y el papel que jugará este país en la economía y seguridad global. La democracia liberal estadounidense como la conocíamos dejó de existir.

En este lado de la frontera, también se debatió sobre el legado de Andrés Manuel López Obrador y el impacto en la democracia mexicana. Ante el sistemático debilitamiento de los pesos y contrapesos, el dramático incremento de la inseguridad en el país y el control territorial de las organizaciones criminales, y el uso de las conferencias mañaneras y las redes sociales para dividir y desinformar, había una mínima esperanza de que la presidenta Claudia Sheinbaum trataría de detener algunos aspectos del legado tóxico de su mentor y antecesor. Hay que reconocer que ha cambiado el tono de las diarias “Conferencia del Pueblo”-menos polarización y más información-además de lo que parecería una nueva estrategia en materia de seguridad. Pero la verdad es que la agenda de Andrés Manuel López Obrador se ha mantenido, con pocos cambios, a pesar del impacto que los más de 20 cambios constitucionales tendrá en la economía, finanzas y comercio del país a largo plazo. En materia de democracia, derechos humanos y desarrollo, México regresó a la década de los ochenta.

A pesar de que Donald Trump y Claudia Sheinbaum aseguran provienen de los extremos políticos de la derecha y de la izquierda, hay similitudes en su agenda de gobierno. Interesante y preocupante que temas que eran prioridad para el electorado en ambos países, como el combate a la corrupción, mejoras al sistema de salud y educativo, literalmente no son parte de la actual agenda política. En cambio, MAGA y MORENA han justificado, en diferentes formas, el presidencialismo exacerbado, y el debilitamiento de los tradicionales contrapesos que acotan el poder del ejecutivo.

Hay similitudes en cómo estos “cambios inevitables” se están desarrollando en ambos países. La falta de una oposición organizada y con alternativas políticas afecta la posibilidad de detener la agenda MAGA y la Cuarta Transformación. Y, por lo menos en este momento, se vislumbra pocos cambios en los partidos de la oposición en ambos países que puedan tener la fortaleza de infligir costos políticos a los Republicanos y a MORENA, permitiendo una eventual transición política.

Ante el monopolio político, la debilidad de la oposición, la falta de pesos y contrapesos, y el debilitamiento del estado de derecho y del gobierno ¿cómo sucederá la eventual transición política en los Estados Unidos y en México? Desafortunadamente, un cambio inevitable solo puede suceder de dos formas: Ya sea, o el uso de violencia por actores políticos, crimen organizado y/o terroristas. O podría suceder debido a la extrema negligencia e incapacidad del gobierno en turno, de enfrentar una catástrofe natural o inducida, resultando en la muerte de miles de estadounidenses o mexicanos.

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