Se prevé que para 2027 las ventas de comercio electrónico en la categoría de belleza alcancen 450 mil millones de dólares, según datos de Statista. La pandemia tuvo un gran efecto en los hábitos de consumo de millones de compradores, que además de valorar el precio y la calidad de los productos, hoy ponen especial interés en el proceso de producción, los ingredientes y recursos necesarios para la elaboración y el impacto ambiental de los productos que utilizan.
La industria de la belleza no se ha quedado atrás, cientos de startups han revolucionado el sector brindando a los usuarios nuevos productos y servicios utilizando la tecnología. A continuación describo cinco tendencias que veremos crecer más en esta industria.
La primera es la personalización, hoy el cliente puede seleccionar específicamente lo que quiere. Si necesita un shampoo para pelo rizado, con vitaminas para estimular el crecimiento y mantener el tinte, ya no necesita tres productos diferentes, hay startups que ofrecen soluciones totalmente a la medida en donde el usuario tiene el control.
La segunda es el cambio en el proceso de venta, ahora es directamente el cliente. Si bien hay quienes aún compran en la tienda, actualmente es más fácil hacer un pedido directamente al productor por medio de aplicaciones y ecommerce. Así es como las Kardashians lograron crecer más de 3 mil millones de dólares con su marca Skims, vendiendo directamente a las consumidoras sin necesitar tiendas departamentales, o intermediarios.
La tercera, menos es más, los clientes hoy buscan que sus productos tengan menos ingredientes, sean más puros y con menos químicos. Si no puedes pronunciar lo que está en la etiqueta debes pensar dos veces en lo que estás consumiendo. Una de las consecuencias de esto es que los productos duren menos en los anaqueles. Lo que nos lleva a la cuarta tendencia, la apreciación por los productos locales, igual que en el sector alimenticio, existe un nuevo valor agregado en la escasez de los ingredientes locales.
Y la quinta y última, probar y cambiar, lo que necesitas hoy no es lo mismo que vas a necesitar mañana, esto es muy distinto a los hábitos del antiguo consumidor, cuando por ejemplo se ofrecía una crema que debería de usarse toda la vida. Ahora la tendencia es cambiar de solución (producto) dependiendo del clima, edad, ciudad, estilo de vida, etc.
Todo esto apoyado por la tecnología, donde el usuario monitorea su consumo con aplicaciones y los productos están conectados a algún dispositivo. Esto puede ser para medir ingredientes o probar su eficacia. Este sector seguirá creciendo, ofreciendo nuevas soluciones pero además incursionando con otros sectores como el de la salud, la medicina y la alimentación. Será interesante ver cómo estas startups empiezan a ofrecer soluciones holísticas creando una nueva generación de consumidores.