Sin duda, un cambio positivo. El reciente anuncio del nuevo gobierno sobre la estrategia de compra consolidada de medicamentos ha generado un optimismo moderado en la industria farmacéutica, el cual destaca aspectos positivos, como la transparencia y planificación mejoradas.
Dicho cambio en el proceso tiene como objetivo reconstruir el andamiaje para mejorar la compra de fármacos y su correcta distribución, con el fin de corregir, de una vez por todas, el monumental desabasto de medicamentos que afectó a hospitales públicos durante la administración del expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, persisten dudas, en particular sobre la capacidad de la paraestatal Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México (Birmex), para gestionar la distribución sin apoyo externo, un tema que la industria ve como crítico para el éxito de esta iniciativa.
La nueva política de Claudia Sheinbaum, apoyada en su incondicional Eduardo Clark, hoy subsecretario de Integración y Desarrollo del Sector Salud de la Secretaría de Salud (SSa), incluye la participación de 26 instituciones del sector salud y una plataforma digital que permite seguir cada paso del proceso, lo cual brinda transparencia y garantiza una planeación más detallada.
Uno de los aspectos más polémicos, como se mencionó antes, es la distribución de los medicamentos, un tema que en el sexenio anterior también generó problemas severos. En ese entonces, la salida de distribuidores privados llevó a Birmex a asumir la entrega, pero sin contar con los recursos y logística necesarios.
Al respecto, algunos representantes de la industria, insisten en que los distribuidores privados, que el gobierno ha querido evitar a toda costa, deben participar para evitar que Birmex se vea desbordada. De no ser así, el riesgo de retrasos y problemas de abasto podría repetirse, advierte el sector.
A pesar de los avances en planificación, la industria farmacéutica mantiene reservas sobre cómo se aplicarán ciertos detalles operativos, como las sanciones por retrasos en la entrega (del 2.5% por día) y la participación de operadores privados en la logística. Además, existe la necesidad de un enfoque más actualizado en la definición de los requisitos de compra, porque algunos ya quedaron rebasados.
Sin embargo, el sector farmacéutico reconoce que esta administración muestra una mayor disposición al diálogo, lo que no ocurrió nunca en el sexenio anterior, lo que por sí mismo es un avance importante. Las reuniones entre la Secretaría de la Función Pública (SFP) y la industria farmacéutica para discutir los términos de la licitación reflejan una apertura que busca aprender de los errores del pasado y atender las necesidades del sector.
Empero, la iniciativa de compra consolidada de Sheinbaum-Clark presenta elementos que podrían mejorar el abasto de medicamentos en México, con una planificación anticipada y mayor transparencia.
En suma, aunque la iniciativa parece positiva, los próximos pasos serán cruciales para determinar si este nuevo caminoserá suficiente para evitar una nueva crisis de abasto en el sistema de salud mexicano.
Sala de Urgencias
• En el cierre de la creciente Medical Expo 2024 en CDMX, que reunió a 32 mil visitantes, se subrayaron los desafíos y oportunidades de la nueva administración para modernizar la atención médica pública mediante tecnologías sanitarias. Destacó la firma de un convenio entre AMID, Canifarma y ANAPS para mejorar la competitividad y trazabilidad de dispositivos médicos. Expertos de la industria instaron al gobierno a adoptar una “economía de la salud” que priorice el bienestar del paciente y facilite la transparencia en el gasto en salud.
• Ya llegó, ya está aquí. La nueva vacuna de Pfizer contra Covid-19, adaptada para el linaje JN1.2, ya está disponible en México tras su aprobación por Cofepris. Se puede adquirir en diversas farmacias y centros de vacunación del país, recomendada especialmente para personas mayores de 65 años o con inmunodepresión moderada o grave, con el fin de prevenir enfermedades graves, hospitalizaciones y muertes. Pfizer ha acelerado los procesos para su rápida disponibilidad en beneficio de la salud pública.