La recuperación económica que se vive en el mundo luego del descalabro de 2020 con la pandemia de Covid-19 está tomando por sorpresa a diferentes sectores, uno de ellos es el de generación eléctrica.
De acuerdo con el segundo reporte sobre el mercado eléctrico mundial de la Agencia Internacional de Energía (EIA, por sus siglas en inglés), luego de que la demanda cayera 1 por ciento el año pasado, se pronostica que rebotará 5 por ciento este 2021, y crecerá otro 4 por ciento en 2022.
Ese ritmo de crecimiento, de acuerdo con el documento, está obligando a los países a que atiendan esa demanda con fuentes de generación que permitan dar una respuesta rápida como es el caso de las carboeléctricas, que tendrán este año un crecimiento de cinco por ciento y de tres por ciento el siguiente año.
Por su parte, la generación con base en gas natural crecerá solo uno por ciento este año (nada despreciable considerando el gran volumen que atiende), y cerca de dos por ciento el siguiente año.
De acuerdo con la agencia, esta situación traerá como consecuencia que las emisiones de dióxido de carbono del sector eléctrico aumenten este y el siguiente año, luego de que en 2019 cayeran uno por ciento, y en 2020 menos 3.5 por ciento. Así, los niveles de emisiones en este sector se dispararán de nueva cuenta a niveles históricos.
Aún así, y pese al panorama, las fuentes de energía renovable no dejan de empujar hacia arriba. Después de expandirse 7 por ciento en 2020, se prevé que la generación de electricidad a partir de energías renovables aumentará en un 8 por ciento en 2021, y en más de un 6 por ciento en 2022. A pesar de estos rápidos aumentos, se espera que las energías renovables puedan servir solo alrededor de la mitad del crecimiento proyectado de la demanda mundial en 2021 y 2022.
Por su parte, la electricidad proveniente del carbón, después de disminuir un 4.6 por ciento en 2020, aumentará casi en 5 por ciento en 2021 para superar los niveles prepandémicos. Crecerá más del 3 por ciento en 2022 y podría establecer un máximo histórico.
De manera específica, la demanda de electricidad en México se repondrá a niveles previos de la pandemia hasta 2022. El documento da cuenta de que entre 2010 y 2020, México redujo 17 por ciento las emisiones de dióxido de carbono en los procesos de generación eléctrica, siendo uno de los países de las región que menos logró, aunque por encima de Brasil, que solo bajó 5 por ciento en el mismo periodo, pero aún lejos de Estados Unidos, que contrajo este indicador 34 por ciento en el lapso referido.
El organismo apunta que el gran reto de México, a pesar de tener una generación mínima con carbón, es elevar la generación a través de fuentes renovables como solar y eólica, además de la nuclear, esta última para la cual la CFE ya tiene planes.