Parece que la contratista Apoyo Técnico Operativo ANIPAQ (ATO) y su dueño Samuel Madrigal Soberano, van a salir bien libradas después del accidente ocurrido en el Activo Cinco Presidentes, que por la negligencia de esta contratista terminó con la vida de un trabajador petrolero.
De acuerdo con fuentes de la petrolera, los encargados de realizar la investigación del accidente han concluido que fue una condición del pozo en donde se trabaja, deslindando de culpa a la empresa del autoproclamado “Cacique de Comalcalco”. Sin embargo, parece que se les olvida que la capacitación del personal, y el suministro de equipo y materiales en óptimas condiciones, también es responsabilidad de todo contratista al servicio de Pemex, y que deben estar preparados para este tipo de eventualidades durante los trabajos de intervenciones en los pozos petroleros. En resumen, por supuesto que hubo faltas por parte de esta contratista.
Recordemos que el accidente fatal ocurrió cuando se ejecutaban trabajos bajo el contrato número 641009817, que por cierto, ya estaba fuera de vigencia, y tampoco tenía monto disponible por ejecutar. Es decir, que ANIQPAC no tenía autorización para estar en localizaciones de Pemex. Y por si fuera poco, aunque el contrato se había terminado en junio de este año, se han seguido ejecutando trabajos que ya ascienden a más de 300 millones de pesos, todo esto en deuda generada para Pemex, y fuera de la vigencia del contrato.
Ante este caso de impunidad, brincan tres preguntas: ¿será que sí se saldrá con la suya Samuel Madrigal y ANIQPAC?, ¿cómo se les pagará la deuda de 300 millones de pesos?, ¿qué funcionario público se atreverá a firmar un finiquito a esta contratista, pero sobre todo a pagarle esa deuda millonaria? A estas alturas, dentro de Pemex ya hasta existe la duda razonable sobre si en realidad los trabajos ejecutados por esos 300 millones de pesos son reales, pues no existe trazabilidad alguna de su ejecución, ya que al estar fuera de vigencia el contrato, no se pueden generar órdenes de compra en el sistema de Pemex, entonces todo quedará en papel que puede ser fácilmente manipulable.
La última línea de defensa contra esta atrocidad contractual es la maestra Leda Coral Castro; quien coordina este tipo de estrategias de contratación llamadas Acuerdo Referencial (ACREF), que le contaba en la entrega pasada, y que siempre se ha caracterizado por no tolerar este tipo de contratistas amañados, y quien debería de tomar cartas en el asunto. Desafortunadamente las áreas de Pemex operativas y de abastecimiento se han diversificado tanto que las noticias de lo que sucede en un lado, no llegan al otro. ¿Habrá impunidad en la negligencia del “Cacique de Comalcalco”?