No es un secreto que el presidente Andrés Manuel López Obrador es difícil para negociar, sin embargo, contra todo pronóstico, el mandatario aceptó que la próxima planta de Tesla en México se instale en el estado de Nuevo León, pese a los retos hídricos que enfrenta la entidad, y de los cuales advirtió el viernes de la semana pasada.
En el plano político, la decisión de Musk de mantenerse en firme con Nuevo León, fue una muy bien lograda oportunidad del gobierno federal para darle algo de crédito al desdibujado gobierno de Samuel García, bajo el compromiso de tener una mejor actitud de cara a las elecciones del siguiente año.
Por otra parte, la decisión, pero la del presidente López Obrador, de no armar más revuelo con su insistencia de llevar la planta de los bien valorados autos eléctricos al centro o sur-sureste del país, calló todas aquellas voces que anticipaban, erróneamente, que la necedad del mandatario terminaría por exasperar, y romper, las relaciones que se han trabajado con Musk y el gobierno de Estados Unidos, desde la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Y es que el anuncio de Tesla va más allá, se trata no solamente de la llegada de cualquier inversión automotriz, sino de la confianza del hombre más rico del mundo (puesto que Elon Musk recuperó ayer mismo), y la coronación de México como el rey de la industria en la región.
El SÍ de AMLO, y el SÍ de Musk, terminan por romper el gastado discurso de la ‘venezolanización’ o ‘chavización’ de México, y otras tantas falacias de odio construidas en torno a la actual administración.
Recibir este capital en específico, el del dueño de Twitter, a menos de dos años de que termine el mandato de López Obrador, confirma que el mercado global sabe que los conflictos que ha enfrentado con sectores específicos, como algunas empresas del sector energético, y hoy algunas otras por el maíz transgénico, están bien delimitados, controlados, y demuestran además que la confianza por invertir en el país es firme.
El centro de la industria está en Tabasco
Hablábamos en este espacio en entregas pasadas sobre la importancia del desarrollo de una cadena de proveedores nacionales eficiente y a la altura de los requerimientos del sector energético en un momento crucial que estamos viviendo en el país, con la apertura de grandes oportunidades de negocio como el caso de Tesla, por ejemplo, y toda la derrama a partir del nearshoring.
Pues bien, en este contexto, el mejor escaparate para consolidar las redes de negocios y fomentar las alianzas estratégicas es la Expo Oil & Gas México, que este año realizará su tercera edición en el Centro de Convenciones Tabasco 2000, del 29 al 31 de marzo próximo.
Al respecto, Ricardo Ortega, director de Oil & Gas Alliance y coordinador del evento, señala que este año fueron convocados más de 11 operadoras, tractoras y contratistas para atender las necesidades de la cadena de proveedores a nivel nacional.
Para la edición 2023 de la Expo Oil & Gas México se espera la asistencia de 5 mil asistentes de más de siete países; la presencia de más de 50 empresas expositoras del ramo energético nacional e internacional; así como la participación en las mesas de negocios de once OTC (Operadoras, Tractoras y Contratistas) nacionales y extranjeras.