Ante la agenda trazada en la oscuridad para desestimar y desinformar sobre el acuerdo que alcanzaron Iberdrola y el gobierno federal para venderle 13 plantas que operará la Comisión Federal de Electricidad (CFE), cabe aclarar algunos mitos y mentiras entorno al tema:
- Las plantas que se compraron son chatarra. Los activos que se destinaron para cumplir los contratos que Iberdrola celebró con otras administraciones tienen una vida útil de varias décadas con opción a ser actualizadas. De hecho, Iberdrola reporta en su Informe de Sostenibilidad 2022 que las plantas que opera en México tienen el mayor nivel de eficiencia con un 53.05 por ciento.
- Son plantas de gas y el gas va de salida. Error. Actualmente más de 60 por ciento de la electricidad que se genera en el país es principalmente a través de la tecnología conocida como ciclo combinado, que funciona con base en gas natural. Esto, sin mencionar que durante el sexenio anterior se celebraron a diestra y siniestra (muy siniestra) contratos de la CFE con empresas estadounidenses y canadienses, que tenían esa finalidad: dejar prendado a México del gas extranjero, condenando al país al suplicio de la dependencia, y que podemos ver hoy en Europa central con Rusia.
- Ya no era negocio para Iberdrola. Aunque México no es el país que más ingresos le deja a Iberdrola fuera de España, según su informe anual 2022, tan solo el año pasado le aportó la nada despreciable cantidad de 4 mil 79 millones de euros. ¿Era negocio?
- Con la venta, Iberdrola “se libra” de un montón de problemas. Hasta donde se supo públicamente, el acuerdo de venta no tiene nada que ver con las investigaciones que el SAT, la mano de hierro de Hacienda, está haciendo a por lo menos cinco filiales de Iberdrola desde 2020, y de las cuales dos se iniciaron a finales del año pasado. De hecho, la venta de las 13 plantas en México le significarán un impacto anual de más de 7 por ciento de los ingresos de la empresa energética a nivel mundial. Iberdrola no se va de México, eso quedó claro.
- Compraron puros problemas para la CFE. No, de hecho, en cuanto tome posesión de las plantas, la CFE tendrá un impacto directo en sus reportes financieros, pues dejará de pagar buena parte de los contratos que tiene con los Productores Independientes de Energía (PIEs), que de acuerdo con la propia empresa estatal, le han generado gastos acumulados por 412 mil millones de pesos.
En fin, el contexto en el que se dio el acuerdo, con una reforma a la Ley de la Industria Eléctrica (que se creó con dedicatoria a Iberdrola) entrampada en litigios, así como las controversias que se dirimen en el marco del T-MEC por la política energética del Presidente López Obrador, levantan suspicacias; sin embargo, me quedo con las palabras de Nacho Galán, CEO de Iberdrola, antes de posar sonriente junto al primer mandatario mexicano en Palacio Nacional: “hemos entendido cuál es la política energética de su gobierno, y eso nos ha llevado a buscar una situación que sea buena para el pueblo de México, y que al mismo tiempo cumpla con los intereses de nuestros accionistas… nuestro deseo es trabajar, de la mano del gobierno, en aquello que sea en beneficio de los mexicanos”.