A pesar de que le queda aún un largo camino por recorrer en México, la movilidad eléctrica ha dado pasos agigantados como una alternativa que se posiciona cada vez más como la opción del futuro.
Apenas la semana pasada, en el marco de un foro energético que se llevó a cabo en el Senado de la República, empresarios, expertos e interesados, presentaron números alentadores sobre el transporte eléctrico.
De acuerdo con una nota de mi compañero Héctor Usla, el mercado de vehículos eléctricos está entrando en un periodo de madurez, a decir de Daniel López, director comercial de Evergo, quien afirma que a partir del año pasado en México ya se venden más eléctricos que híbridos.
Incluso, reveló que ya tienen clientes que han comprado flotas de entre 600 a 800 unidades, lo cual refleja el creciente interés que tienen, esto, de acuerdo con la firma que ha colocado ocho de cada diez cargadores para vehículos eléctricos que hoy operan en el país.
Ahí, los integrantes de la industria reconocieron que el precio de las unidades continuará siendo uno de los principales retos a vencer para que por fin se detone la masificación de dicha tecnología, aunque es necesario advertir que no se deben dar incentivos directos, como ocurrió en Estados Unidos, por ejemplo.
La electrificación de los vehículos también pone sobre la mesa la necesidad de plantear una estrategia que permita a México convertirse en una punta de lanza regional para la manufactura de los mismos, y no solo como importador.
Aquí se evidencia como imprescindible contar con un plan conjunto entre gobierno y sector privado, que permita homologar esta creciente industria a la oferta y necesidades detonadas con motivo de la relocalización de inversiones.
En este contexto, el nearshoring puede ser la gran oportunidad que impulse en México una industria nacional de vehículos eléctricos, que sea mucho más que los prototipos universitarios, o los distribuidores de autos chinos, a los que hoy se limita.
El camino aún es largo, firmas como Yutong han logrado vender más de 170 mil autobuses eléctricos, ensamblados en China, en todo el mundo; sin embargo, en México apenas han tenido presencia en la Línea 3 del Metrobús.
Como expuso el gran Adrián Calcáneo en ese mismo evento: “Estamos viviendo el fin de la era de los combustibles, pero no del petróleo”. En la industria energética no se trata de desplazar, sino de diversificar, y sin duda la electromovilidad tiene un buen panorama, pero grandes retos por delante.