Tras el exceso de muertes por la pandemia, el negocio funerario vive las consecuencias de un fenómeno llamado ‘adelanto de defunciones’.
Por Bárbara Anderson
“Se está muriendo en promedio menos gente este año que antes de la pandemia”, me dijo Oscar Padilla, CEO de la empresa funeraria J. García López.
Este es el efecto postxceso de mortalidad que se vivió en el país a causa de la emergencia sanitaria por el virus Sars Cov 2.
En un mes estándar (por ejemplo enero de 2019) en esta compañía se atendían unos 45 servicios funerarios al día; durante la crisis (enero 2020) el volumen subió a 170 diarios y este enero 2023 hubo entre 20 y 23.
“Recién ahora se empieza a regularizar el promedio de defunciones, porque con la enorme cantidad de muertes que hubo durante la pandemia hubo, lo que le llamamos, un ‘adelanto de defunciones’, es decir, murieron personas antes de lo que les tocaba estadísticamente”, agreda Padilla. Pero aún no están en las cifras pre pandemia, siguen con 25% menos de servicios que en este mismo mes (octubre) de 2019, por ejemplo. “Lo hemos platicado con otros empresarios del sector dentro y fuera del país: el exceso de mortalidad ha generado ahora una deflación de defunciones”.
Según el último reporte de Inegi -julio 2023- se puede observar el mismo fenómeno. Mientras en 2019 el promedio de fallecimientos por cada 100 mil habitantes era de 591, en 2020 fue de 860, un año después 879 y en 2022 baja a 654.
“Nos ha costado mucho recuperarnos de la pandemia porque estuvimos sobre operando el funcionamiento de la empresa pero con costos elevadísimos y menores ingresos”, explica el empresario funebrero.
Si bien multiplicaron por cuatro el número de servicios diarios, los protocolos quitaron extras donde se generan más ingresos como la renta de una sala velatoria, las flores o los servicios de cafetería y catering y aumentaron los gastos en cuestiones de seguridad de su equipo, en más personal, más camionetas de traslado y dos hornos crematorios extras.
“Además por la crisis dimos muchos servicios gratis”, explica Padilla. A lo largo de la crisis por el coronavirus atendieron 12 mil personas que fallecieron por Covid, de los cuales 4 mil fueron sin costo.
Uno de los efectos colaterales de la pandemia que esperaban los empresarios del sector funerario era que hubiera una mayor conciencia hacia la prevención y se dispararan los seguros de gastos funerarios, la compra anticipada de estos servicios.
“El dolor no tiene memoria y a los tres meses ya todo estaba como antes de la pandemia. Seguimos siendo de los países con el menor nivel de previsión”, afirma Oscar Padilla. México mantiene un promedio de casi 4 por cieno de su población con un seguro de gastos funerarios.
Porque este es un sector muy apalancado en este mecanismo financiero; hoy por hoy 70 por ciento de los ingresos de J García López, por ejemplo, son por planes de previsión funeraria y 30 por ciento en servicios de uso inmediato.
¿Qué dejó la crisis sanitaria del coronavirus en el sector? Hoy es un negocio con más componentes digitales, con más comunicación virtual con los clientes, se mejoraron procesos y se elevaron los estándares de control y bioseguridad de todas las instalaciones y de los colaboradores.
¿Cuánto tardarán en regresar a ser un negocio medianamente previsible en cuanto a las estadísticas de mortalidad? “No se sabe, no tenemos ningún otro referente similar en un siglo para saber cuando se equilibrarán las cifras”, agrega Padilla.