Anderson Report

Peso fuerte: la kriptonita de los héroes vivientes

Si bien batieron otro récord, las remesas perdieron poder de compra porque la apreciación de nuestra moneda superó al incremento anual de envíos

Los millones de paisanos que trabajan en Estados Unidos llevan más de tres años aumentando el monto de remesas que envían al país. Como bien vaticinó esta semana el presidente López Obrador, estamos a las puertas de superar los 63 mil millones de dólares (mdd) este año, basta con sumar que en los últimos 12 meses (diciembre 2022 a noviembre de 2023) el monto acumulado sumó 63 mil 149 mdd.

Visto en números fríos, sí hay un aumento, pero una vez hecha la conversión la buena noticia pasa a segundo plano.

Tomemos como ejemplo el último mes reportado -noviembre- donde el incremento versus el año previo fue de 1.9 por ciento. Pero, más dinero no significa mejores ingresos para los más de 10 millones de hogares que reciben estos envíos ya que ha caído el poder adquisitivo de las remesas a causa del ‘superpeso’ y de la inflación.

Volviendo a noviembre del 2023, si bien hay crecimiento año contra año, éste se diluye ya que en ese mismo mes la inflación anual fue de 4.32 por ciento y el peso mexicano registró otra apreciación consecutiva.

Según los reportes de Banxico, en noviembre de 2022 llegaron 4 mil 801 mdd por remesas. Al tipo de cambio de ese mes (19.5) equivalieron a 93 mil 619 millones de pesos mexicanos (mdp).

Un año más tarde, en noviembre de 2023 se recibieron 4 mil 908 mdd, y si bien medido en dólares representa ese aumento de casi 2 por ciento, al tipo de cambio actual (17.2) el monto global recibido fue de 84 mil 417 mdp, es decir 9 mil 202 millones de pesos menos.

Básicamente, la revalorización de nuestra moneda (11.8 por ciento en el último año) superó al incremento anual de las remesas.

“Además a ese menor número de pesos corrientes la impactó la inflación anual con lo que las remesas en noviembre de 2023 registraron una significativa contracción anual al medirlas en pesos constantes o en poder de compra”, me explicaba Jesús Alejandro Cervantes González, director de estadísticas económicas de y foro de remesas de Latinoamérica y el Caribe del Centro de Estudios Monetarios de América Latina.

Pero no es el único negrito en el arroz: en noviembre pasado, Banxico reveló que las remesas medidas con datos ajustados por estacionalidad disminuyeron a una tasa mensual de 4.7 por ciento, con lo que acumularon dos meses seguidos con descenso, luego de que en octubre también habían caído a tasa mensual en 3 por ciento. “De hecho, en los once meses de 2023 las remesas mostraron cinco disminuciones mensuales en sus datos desestacionalizados”, agrega Cervantes Gonzáles. “El factor que está detrás de la clara desaceleración de las remesas es que en Estados Unidos también se está desacelerando la masa salarial de los trabajadores mexicanos inmigrantes, cuyo aumento en el margen ha dependido más de los incrementos en las remuneraciones medias que de las alzas del empleo de tales trabajadores”.

Según el último análisis de las remesas de BBVA, los envíos de dinero desde Estados Unidos cayeron de 4 a 3.5 por ciento en su proporción con respecto al PIB.

Las remesas siguen siendo un maná que el presidente AMLO agradece en cada oportunidad a los más de 38 millones de paisanos que se encuentran en Estados Unidos.

Pero hay que ser honestos y dar las cifras en pesos y ya no sólo en dólares.

COLUMNAS ANTERIORES

¿Qué hace Musk con Trump?
Lo que Volkswagen puede enseñarle a los negociadores del T-MEC

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.