BASILEA, Suiza.– En esta ciudad se unen las fronteras de tres importantes países y entre varias de las cosas curiosas que hay en este lugar es que en la salida de su aeropuerto hay tres puertas con señal grande en varios idiomas que indica que sea cuidadoso si usted va a Francia, a Suiza y a Alemania, ya que una vez que traspase alguna, ya no podrá regresar para ir a otro país. Esto refleja el ambiente internacional que se respira en toda la ciudad, la cual es atravesada por el río Rin, que en estos días está muy caudaloso y tiene un elevado nivel como resultado de las cuantiosas lluvias que se registran en el norte de Europa. Esto contrasta con lo que sucede en el sur del continente en donde se tienen incendios y temperaturas de 48° C en el sur de España. El cambio climático es un tema preocupante en el mundo desarrollado y es inevitable que traerá consecuencias negativas para México, de no tomar las medidas que sean congruentes con esta problemática.
Esta ciudad es la sede del BIS o Banco de Pagos Internacionales, cuyas oficinas están junto a la estación de trenes, en el centro de la ciudad. En el medio bancario mundial se utiliza mucho la expresión de Basilea II o Basilea III, los cuales se refieren a los acuerdos que aplican a los bancos internacionales en temas como capital mínimo por los riesgos de mercados y otros más. El objetivo de los mismos es el de mantener la solidez de los bancos para enfrentar el difícil entorno actual. En la mayoría de los países cuando una institución bancaria tiene un capital como porcentaje de sus activos de riesgo por debajo de lo que recomienda el Comité de Basilea, las disposiciones bancarias locales determinan que las autoridades o los reguladores deben de intervenir el banco, a fin de evitar que los ahorradores pierdan la totalidad de sus ahorros. Esta situación opera en muchos países y en México las autoridades responsables son la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, así como el IPAB, que es la aseguradora del ahorro bancario.
El BIS fue creado en 1930, siendo la institución financiera internacional más antigua del mundo. Sus accionistas son 63 bancos centrales, cuyos países en conjunto producen 95 por ciento del PIB mundial. Su misión es ser soporte de los bancos centrales para lograr la estabilidad monetaria y financiera del sistema mundial, a través de la cooperación internacional, así como actuar en el rol de banco de los bancos centrales. Suena increíble, pero los bancos centrales también requieren un banco para realizar sus operaciones financieras entre sí y el BIS cumple esta función, pero en una magnitud muy superior.
Para lograr los objetivos anteriores realiza foros de debates y toma de decisiones para los bancos centrales, pero también para la comunidad financiera y de supervisión e incluso para el sector académico.
Es asimismo un centro de estudios económicos y monetarios, así como una entidad de contrapartida para las diversas operaciones financieras de los distintos bancos centrales, siendo también un agente depositario de garantías y fideicomisario de operaciones financieras internacionales.
Sus órganos decisorios son la asamblea general, el consejo de administración y el gerente general, el cual normalmente es un reconocido exdirector de un banco central del algunos de los países desarrollados más relevantes. En esta ocasión esta posición es ocupada, desde diciembre de 2017 por Agustín Carstens, quien fue Secretario de Hacienda y gobernador del Banco central en México, siendo el primer caso de un banquero de un país emergente en ocupar esta posición. Esto es un reconocimiento a su gran capacidad y experiencia, al haber sido un actor relevante en el programa para lograr mantener la estabilidad de la economía mexicana, durante la gran crisis financiera de 2008/9, que ocasionó la quiebra de miles de bancos en los países desarrollados. Mientras que en Alemania, España y Estados Unidos, entre otros países, hubo cientos de quiebras bancarias, en México no se registró ninguna.
Hoy el mundo sigue inmerso en una grave crisis, en la cual las naciones están en el riesgo de tener elevadas inflaciones o regresar a una nueva recesión provocada por un nuevo brote del Covid, por lo que la capacidad del exbanquero central mexicano es muy apreciada por la comunidad financiera internacional.
El autor es economista.