Benito Solis

La economía del mundo y de México crecen más de lo previsto

La actividad económica de los países desarrollados se ha reducido menos de lo esperado pese al alza de las tasas de interés y la inflación ha bajado más rápido de lo previsto.

El INEGI dio a conocer de manera reciente que la economía mexicana creció 3.7 por ciento en el primer trimestre en comparación con el mismo periodo del año anterior. Este dato ha hecho que los diferentes analistas revisen sus pronósticos para todo el año de 2023 al alza, a pesar de que los datos mensuales del trimestre muestran una desaceleración en marzo.

Esta situación no es única para México, sino que es parecida en la mayoría de los países. Por ejemplo, a fines de año pasado el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticaba un crecimiento para Estados Unidos en el 2023 de 1.1 por ciento y para Europa de 0.5 por ciento. Sin embargo, en su más reciente reporte ya modificó estos datos al alza de una manera significativa, los cuales son ahora de 1.8 por ciento y de 0.9 por ciento respectivamente. Además, es previsible que los vuelvan a corregir al alza en su próximo reporte. En el caso de México preveía un crecimiento original de 1.2 por ciento para el presente año, el cual ya modificó a 2.6 por ciento en su último reporte.

Son varias las razones por la cuales las principales instituciones globales se han equivocado de esta manera, destacando que el incremento de tasas de interés instrumentada para controlar la inflación ha reducido menos la actividad económica de los países desarrollados de lo que esperaban, sobre todo en Estados Unidos, pero al mismo tiempo la inflación ha bajado más rápido de los previsto.

En el primer caso, los consumidores han reducido menos su demanda por el aumento de las tasas de interés, debido a que todavía tienen parte de los recursos que los gobiernos les otorgaron para enfrentar la pandemia del Covid, por lo cual dependen menos del crédito. Esto ha permitido que siga el crecimiento de la demanda en esas economías y del empleo.

Por otro lado, la inflación se ha reducido más rápido de lo pronosticado, por lo cual parecería que ya no es necesario elevar tanto las tasas de interés como se anticipó e incluso varios ya prevén una reducción de estas antes que finalice el presente año. Sin embargo, esto puede deberse a que el aumento de los precios tiene dos componentes:

Una parte es la inflación producida por la fuerte expansión monetaria realizada por los principales bancos centrales de los diferentes gobiernos, principalmente en los países desarrollados, la cual ha elevado la demanda agregada.

La otra parte es por el incremento de los precios de ciertos bienes específicos por causas coyunturales, como son los granos y los energéticos como resultado de la invasión a Ucrania, así como por el rompimiento de las cadenas productivas provocado por el Covid, perjudicando la producción de una gran cantidad de bienes manufacturados. Los precios de los diferentes productos han tenido una reducción importante en la medida en que se corrigen o se encuentran alternativas. En el caso de la guerra la situación no se ha agravado como se temía y los mercados han absorbido su impacto. Hay que enfatizar que la distancia entre Kiev, Ucrania y Berlín, en Alemania, es parecida a la que existe entre Monterrey y Tijuana, por lo que la población de Europa Occidental es muy sensible a lo que pasa en aquella parte del mundo.

Por otro lado, México se ha beneficiado por la confrontación comercial entre China y Estados Unidos, lo cual le ha permitido incrementar la participación de mercado en nuestro vecino país del norte, beneficiando nuestras exportaciones. Por su parte, el consumo privado siguió creciendo en el primer trimestre, aunque a una tasa menor, pero todavía alta de 4.5 por ciento anual. Además, la inversión pública ha tenido un fuerte incremento en los últimos trimestres, por el énfasis en los proyectos de infraestructura. Por su parte, las importaciones para inversión privada también se han incrementado, incentivadas por la apreciación del tipo de cambio.

Es de esperar que en 2024, por ser año de elecciones, se tenga un incremento en el gasto público para mantener el crecimiento económico. Esto contrastará con el menor crecimiento de la economía global.

El autor es economista.

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