Benito Solis

Se frena la economía, por lo que se requiere una estrategia diferente

La cancelación de diversos programas sociales ha obligado a algunas familias a incurrir en gastos que no tenían previstos, lo que les ha reducido capacidad de compra.

Los datos económicos son contundentes y confirman lo que representantes de diversos sectores llevan tiempo diciendo, de “que la economía mexicana se está frenando” a pesar de los diversos apoyos sociales que el gobierno otorga. El Producto Interno Bruto (PIB) en el cuarto trimestre del año pasado ya mostró un estancamiento con respecto al trimestre inmediato anterior (0.1 por ciento), mientras que en el tercer trimestre se incrementó en 0.7 por ciento.

Al ver la información mensual del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), se nota más clara esta menor actividad, ya que este índice tiene cuatro meses disminuyendo, desde septiembre pasado cuando alcanzó su máximo nivel en comparación al mes inmediato anterior. En el primer mes de 2024 la caída fue de 0.6 por ciento, en términos reales con respecto al mes anterior. Por su parte, las actividades primarias se contrajeron en 12.9 por ciento, la agricultura se redujo en 14 por ciento y las terciarias (servicios) bajaron en 0.5 por ciento. Aunque el sector secundario tuvo un ligero incremento de 0.4 por ciento mensual, todavía está por debajo del nivel de noviembre y resalta que las industriales manufactureras solo subieron en 0.1 por ciento.

Por su parte, los ingresos por ventas de las empresas comerciales al menudeo tienen ya cuatro meses de disminución, siendo septiembre pasado cuando alcanzaron su mayor nivel. En enero muestran una contracción de 0.6 por ciento con respecto al mes inmediato anterior; mientras que las empresas comerciales al mayoreo registran una caída de 3.6 por ciento en el mismo periodo.

Dentro de los ingresos de las empresas comerciales al mayoreo destacan los datos de enero, en comparación anual, de productos textiles y calzado (-8.4 por ciento), de electrodomésticos menores, línea blanca, artículos de esparcimiento, perfumería y farmacéuticos (-7.0 por ciento), de camiones y refacciones nuevas para vehículos (-5.9 por ciento), entre otros.

Lo datos anteriores confirman lo que se nota en los distintos sectores y zonas del país, como ver que las personas adquieren menos productos en los distintos comercios y almacenes, los distintos restaurantes y locales de comida preparada se muestran menos llenos y las familias salen menos de sus hogares. Por otro lado, se perciben las carreteras con menos vehículos, sobre todo en las noches.

Por su parte, la inflación en el país ya muestra resistencia para continuar disminuyendo y muestra señales de que podría tener incremento en los siguientes meses. Los precios al consumidor se elevaron en la primera quincena de marzo, con respecto al mismo periodo del año anterior, en 4.5 por ciento; sin embargo, algunos sectores los hicieron en mayor porcentaje, como son las frutas y verduras, que subieron 11.74 por ciento.

La paridad ha sido un factor que explica una parte importante del control de la inflación, por lo que de presentarse presiones en los siguientes meses se reflejaría en aumento de los precios.

Un elemento relevante que explica este freno de la economía es la importante apreciación del peso, que perjudica a los exportadores, quienes reciben menos pesos por sus ventas en el extranjero. Además, el tipo de cambio fomenta las importaciones, las cuales compiten de manera ventajosa en contra de los productos fabricados internamente.

Otro elemento que propicia esta menor actividad en el país es la elevada tasa de interés, sobre todo la activa, la cual reduce el poder de compra de los consumidores. Destacan las tasas que se cobran por las deudas en las tarjetas de crédito, que en ocasiones son superiores el 50 por ciento.

Además, aunque los apoyos sociales se han incrementado de manera sustancial, la cancelación de diversos programas sociales, como escuelas de tiempo completo, guarderías y el Seguro Popular, entre otros, ha obligado a diversas familias a incurrir en gastos que no tenían previstos, lo que les ha reducido capacidad de compra.

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