Benito Solis

La mejor estrategia económica no es ‘jalar la cobija’, sino hacerla crecer

El entorno, externo e interno, no es favorable para elevar la inversión, principal fuente del crecimiento, junto con una mayor productividad.

SAN ANTONIO, Texas.- Esta ciudad es buen ejemplo de cómo se puede hacer próspera una zona que tiene pocos recursos naturales, un clima extremoso, sequías importantes, pero atrae más de 20 millones de turistas al año. Aquí se aprovecha un pequeño canal de agua para poner restaurantes y tiendas a su alrededor, tener botes para pasear a los visitantes y grandes centros comerciales. Por lo mismo, se han instalado industrias, centros financieros y universidades. Destaca que aquí están las oficinas principales del NSDBank (North American Development Bank) creado a raíz del Tratado de Libre Comercio entre nuestros países, para el desarrollo de esta zona fronteriza.

El fuerte desarrollo económico eleva los ingresos de la zona, lo que incrementa los ingresos de las personas, trabajadores y gobiernos. Se piensa que la estrategia de elevar impuestos y cargas fiscales a las personas y las empresas mejora la distribución del ingreso, pero con gran frecuencia sucede lo contrario. Los recursos se retiran de zonas, ciudades y países que elevan impuestos hacia lugares donde se tenga un entorno más favorable. Trump ha dicho reiteradamente que bajará el impuesto sobre la renta a las empresas que se instalen en Estados Unidos, a 15 por ciento, lo que puede iniciar un retiro importante de los distintos proyectos que se pensaban instalar en México. La disminución de la inversión directa extranjera en México en los pasados trimestres muestra con claridad una preocupante tendencia.

El gobierno en nuestro país está cayendo en un déficit fiscal estructural, por tres principales causas: 1) Los distintos programas sociales son permanentes por disposición legal, por las reformas a diversas leyes e incluso a la Constitución, así como por motivos políticos, como sucede en Francia y otros países. Además, serán crecientes en el tiempo debido a la mayor longevidad de la población, por los importantes avances en la medicina a nivel mundial y por la falta de incentivos para que un porcentaje de la población que recibe estos beneficios trabaje. Pero es preocupante que los diversos programas sociales se han diseñado sin considerar su fuente de financiamiento, por lo que el gobierno no podrá otorgarlos sin un incremento sustancial en sus ingresos.

2) El creciente desequilibrio que tiene Pemex, por la caída en la extracción de petróleo, la cual llegó a ser superior a los 3 millones de barriles diarios y hoy en día es menor a la mitad, así como por las pérdidas que tiene el área de refinación. Para cubrir este déficit el gobierno ha tomado la decisión de apoyar a la empresa por diversos medios.

3) El déficit en las finanzas públicas se está cubriendo con una creciente deuda, lo que significa que las siguientes generaciones deberán de absorber, de distintas maneras, este desequilibrio fiscal. Sin embargo, el pago de los intereses de la deuda se eleva aún más, con lo que se incrementa el déficit fiscal, con lo cual el problema se vuelve mayor.

Un país que cayó en este escenario fue Argentina, que de ser uno de los que tenía uno de los mayores ingresos per cápita del mundo, sufrió varias décadas de crisis recurrentes, suspensión en el pago de su deuda e hiperinflaciones. Esto como resultado de darle prioridad a los apoyos sociales, sin considerar de dónde se obtendrían los ingresos.

La manera en que se sale de este círculo vicioso es elevar el crecimiento del país. El entorno externo e interno actual no es favorable para elevar la inversión, principal fuente del crecimiento, junto con una mayor productividad. Es necesario coordinar las diversas actividades del sector público en la búsqueda de este objetivo, para así evitar caer en crisis económicas y financieras recurrentes, como nos sucedió en el pasado y ocurre en otros países. El tiempo está en contra de nuestro país si no se toman las decisiones correctas.

COLUMNAS ANTERIORES

Factor económico propicia los drásticos cambios políticos en el mundo
Ventajas de una paridad flexible para enfrentar un ‘shock’ externo

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.