Las recientes estadísticas publicadas por el INEGI confirman lo que esta columna ha mencionado desde hace varios meses referente a que se había iniciado la desaceleración de la economía. Es difícil poder identificar cambios en las tendencias futuras de la economía debido a que las estadísticas indican lo que ya sucedió en el pasado, es decir, varios meses o incluso trimestres anteriores. ¡Es como manejar un automóvil viendo por el espejo retrovisor!
Sin embargo, las estadísticas actuales confirman que sí se estaba desacelerando la economía desde hace varios meses. Por ejemplo, el dato oportuno del PIB para el ultimo trimestre de 2024 mostró ya una contracción de 0.6 por ciento con respecto al trimestre inmediato anterior. Por otro lado, el Indicador Global de la Actividad Económica fue de -0.2% en enero pasado con respecto al mes inmediato anterior y el dato Oportuno de este indicador en febrero indica una contracción mensual esperada de 0.7 por ciento. Por su parte, la inversión mostró un dato mensual negativo de 2.6 por ciento en diciembre pasado.
Lo anterior es preocupante debido a que el déficit fiscal representó casi el 6 por ciento del PIB, lo que significa que el sector público tuvo una demanda agregada adicional de esta magnitud, pero solo se reflejó en un crecimiento promedio superior al uno por ciento en la producción. Esto significa que, de no haberse tenido este excesivo gasto público, la economía habría sufrido una contracción importante.
En el entorno económico nacional ahora se tienen dos factores internos que presionan a la economía para continuar con la reducción de su actividad, que son la anunciada reducción en el déficit fiscal y el cambio en la administración pública. Es una regla en México que cuando cambian los responsables de las distintas áreas del gobierno, existe un retraso en el ejercicio del presupuesto, se modifican diversas reglas en la administración y cambian los distintos programas públicos y los responsables de llevarlos a cabo. Por lo mismo, es frecuente que la economía disminuya su dinamismo con los cambios sexenales entre uno a dos puntos porcentuales de su tendencia previa.
Sin embargo, ahora hay que agregar a lo anterior el drástico cambio que está sucediendo en el entorno internacional, que modifica las normas vigentes en las pasadas siete décadas. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial se llevaron a cabo los Tratados de Bretton Woods, cuando se crearon diversas instituciones que propiciaran un incremento en el comercio internacional, las monedas apoyadas en un dólar estable y la reducción en el armamentismo de los países europeos y Japón, entre otros puntos. Ahora parece que lo elimina la nueva administración.
Sin embargo, hasta ahora no se conocen de manera clara las nuevas reglas e incentivos. Por lo mismo, existe una gran confusión entre los distintos gobiernos y países. Es como si en un juego de soccer los equipos regresan al campo después del descanso del medio tiempo y se encuentran que ahora el partido es… de ¡futbol americano! y el equipo contrario cambió de jugadores, de reglas y de árbitros. En la medida en que se entienda que ahora es otro juego y se requiere de una estrategia diferente y de otros jugadores es posible seguir compitiendo, pero si se sigue pensando que continúa el juego anterior, perderá el país y los mexicanos.
Un criterio debería ser cómo lograr elevar el crecimiento y el desarrollo del país, con una reducción importante en nuestro mercado más importante, como resultado del incremento de los aranceles que quiere imponer el gobierno norteamericano. Como sucede en estos casos en las empresas, los ingresos públicos se van a reducir, por lo cual es ilógico elevar los gastos. Hay que identificar qué gastos deben de reducirse y cuáles deben de ser absorbidos por otros sectores. Al mismo tiempo debe de elevarse la inversión que genere más ingresos, así como empleos para incorporar a la población que perderá su trabajo en el nuevo entorno. Para esto debe de facilitarse, con diversos mecanismos, la inversión privada, especialmente de las pequeñas y medianas empresas.