Nos encontramos en un momento social importante, en la antesala del inicio de un proceso democrático fundamental para las y los mexicanos: el proceso electoral del 2024. En estos días hemos observado, cómo se están gestando definiciones relevantes tanto en partidos como en alianzas. Pero además de prestar atención a estas definiciones, como ciudadanía debemos reconocer el gran papel que como sociedad tenemos y tendremos para la definición de nuestro futuro cercano.
En ese sentido, como sociedad no podemos dejar de lado que, nuestra participación es un punto medular de este proceso democrático, pues al final de cuentas, la decisión es nuestra. Por ello, debe reconocerse la importancia del ejercicio del derecho humano a la información pública y, sobre todo, a que todas las personas tengan acceso a información fidedigna, oportuna y de calidad para la toma de decisiones, para expresar con conocimiento de causa, sus preferencias electorales con todos los insumos informativos posibles. Pues a través del voto informado, consolidamos un verdadero mecanismo para hacer valer nuestra voz desde un ámbito de paz, orden y legalidad.
El derecho a la información y la transparencia suman a la democracia: son claves para el voto informado y para combatir los riesgos de la desinformación en el contexto de las elecciones. Desde junio de 2003, la labor del Instituto Nacional de Transparencia (INAI) ha garantizado que todas las personas ejerzan su derecho a saber: su derecho a que se acceda a la información en manos de las instituciones públicas. En 20 años, nuestras resoluciones y las políticas públicas que hemos impulsado en el ámbito de nuestras competencias han transformado la relación entre la sociedad y los gobernantes: obligando a las autoridades a informar y rendir cuentas, a hacer públicas y transparentes sus acciones y decisiones. Con ello, se ha otorgado mayor poder a toda la gente, pues mediante estos elementos informativos fidedignos y oportunos, se han brindado herramientas para vigilar y cuestionar a quienes gobiernan y ejercen recursos públicos.
Somos parte de una sociedad que tiene acceso a la información, que está consciente de los peligros de las noticias falsas y de la necesidad de espacios para expresarse libremente: sin mentiras, sin manipulaciones, sin imposiciones, ni repercusiones. No podemos negar que vivimos en un nuevo paradigma que exige la garantía de la libertad de expresión y de opinión, que demanda transparencia, eficiencia y rendición de cuentas. Somos una ciudadanía más activa y participativa, que sabe que las elecciones son un primer paso en nuestro involucramiento en el espacio público. Nuestro papel es importantísimo, pues constituimos una nueva forma de sociedad que conoce, pregunta y hace escuchar su voz.
Además, en este sistema democrático que hemos consolidado con instituciones confiables y ciudadanas, los valores como la pluralidad, la libertad, la tolerancia, el diálogo y la acción de todas y todos han sido pilares para la toma de decisiones desde un clima de paz y certeza. Y sin duda, a este tipo de ciudadanía le corresponde un gobierno a su altura. Un gobierno que responde y es responsable de sus acciones, una autoridad que facilita la apertura de espacios para la expresión del descontento, la construcción del consenso y el establecimiento de acuerdos.
En el INAI, reiteramos nuestro compromiso para continuar trabajando a favor de la democracia desde la transparencia y la garantía del ejercicio del derecho a saber de toda sociedad, como herramientas que brindan elementos a la población para cuestionar, dar seguimiento a las acciones de gobierno, y ejercer un escrutinio social más riguroso a los gobiernos. Además, en el ámbito de la protección de datos personales, seguiremos velando porque el tratamiento de datos personales sea el adecuado en los procesos electorales.
La autora es comisionada presidenta del INAI.