Competencia 2.0

Un nuevo presidente en Cofece

Recientemente la Comisión de Economía de la Cámara de Senadores inició el procedimiento para elegir a un nuevo presidente que debe ser electo de entre los comisionados de la Cofece.

Especialista en competencia económica

En septiembre de este año deja la presidencia de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) la maestra Alejandra Palacios. Si bien puede continuar como comisionada hasta el 2022, no puede ser reelecta como presidente. Por ello, ha iniciado formalmente el complejo proceso por la sucesión.

Recientemente la Comisión de Economía de la Cámara de Senadores inició el procedimiento para elegir a un nuevo presidente que, en términos de la Constitución, debe ser electo de entre los comisionados de la Cofece. En días pasados, bajo dicho procedimiento se presentaron tres comisionados para entregar su proyecto y ser considerados. Ana María Resendiz, Alejandro Faya y Eduardo Mendoza se postularon presentando un ensayo y presentaron sus posiciones y proyectos ante un grupo de senadores. Quedó fuera únicamente la comisionada Brenda Hernández, quien decidió no postularse.

Las comparecencias se presentaron sin mayor sobresalto ni sorpresas. Esto es señal de la alta cohesión que existe y ha existido en el pleno de comisionados de Cofece, y que demuestra lo técnico y profesional, tanto de la agencia, como del perfil de los comisionados que ahora pretenden ser presidentes del órgano autónomo.

Ana María Resendiz y Eduardo Mendoza son dos economistas de probada trayectoria en el sector público. Ambos con experiencia en el sector académico, egresados del Colegio de México y estudios de posgrado en las mejores universidades del extranjero. Por su parte, Alejandro Faya es un abogado con estudios de posgrado en el extranjero y con experiencia relevante en la Secretaría de Economía y como investigador y profesor universitario. Alejandro sería el primer abogado como presidente, luego de cuatro economistas al frente del regulador de competencia. Todos los interesados tienen una amplia experiencia trabajando en diferentes funciones dentro de la misma Cofece.

Los tres comisionados postulantes presentaron una propuesta de continuidad, pero también ofrecieron un mayor ejercicio de facultades. Los comisionados coincidieron en la necesidad de un mayor uso de los recursos de investigación, mayor número de investigaciones y actuaciones que, según la misma Cofece, han descendido en los últimos años. En especial, los interesados comentaron la necesidad de incidir más en los ámbitos de los llamados “mercados digitales”, los mercados del sector salud, transporte (en especial ferrocarril), y en el mercado laboral. Finalmente, todos se pronunciaron por incidir de manera más eficaz en la problemática que se generó por los problemas económicos acontecidos por la pandemia de Covid. De manera muy enérgica, los comisionados defendieron la independencia del órgano constitucional y la necesidad de continuar con el ejercicio independiente de sus facultades.

El cambio en la presidencia de Cofece se vuelve más delicado en un entorno donde se encuentran pendientes los nombramientos de dos comisionados que no se han desigando, y la necesidad de elegir a un titular de la Autoridad Investigadora, que es el órgano autónomo de Cofece que determina todo lo concerniente al inicio y tramitación de las investigaciones y cuyo titular actual termina en este mes su mandato.

La Cofece tendrá en esta coyuntura un enorme reto de reacomodo interno. Deberá evitar luchas innecesarias y tratar de conseguir una transición ordenada y muy rápida. Demorar los nombramientos internos y externos podría afectar el funcionamiento del regulador, y con ello afectar todos los procedimientos en los que interviene, en perjuicio de las empresas y los consumidores. Quitarle funcionalidad a Cofece generará más trabas a la economía, impedirá autorizaciones y estorbará la recuperación económica. A nadie conviene que este regulador se atrofie.

Hasta donde se logra identificar, no existen claras ligas políticas o de intereses de los actualmente interesados. Tampoco vemos una posición muy radical o ideológica de los postulantes. Sus trayectorias personales y profesionales no generan alarmas. Creo que es justamente lo que en este momento se debe celebrar sobre estas tres opciones: responden a un alto nivel técnico, experiencia relevante en el sector, independencia y seriedad. La Comisión de Economía del Senado se deberá pronunciar sobre la idoneidad de los candidatos, y será tarea de la Junta de Coordinación Política del Senado seguir con el proceso. Esperemos este ejercicio siga el rumbo con el que bien inicia.

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