El tema de competencia económica seguirá siendo de especial interés para el gobierno de Estados Unidos, y por ello es interesante imaginar el escenario en una nueva presidencia. Con la sorpresa de la nueva virtual candidata por el lado demócrata, el tema se pone más interesante.
La administración Biden-Harris ha sido muy agresiva en materia de casos antimonopolio. Se han iniciado casos paradigmáticos contra grandes empresas y se ha presionado a varias agencias de gobierno a actuar para promover competencia. Biden creó el llamado Comité de Competencia para, desde la Casa Blanca, tratar de influir en esas políticas e incentivar intervenciones regulatorias en diversos mercados. En el mismo sentido, se nombraron cabezas muy visibles en las agencias de competencia del país, con perfiles intervencionistas y tratando de dar golpes fuertes a las empresas que ellos han llamado “gigantes tecnológicos”, aunque participan en muy diferentes mercados. Algunos de esos casos han sido muy criticados por falta de sustento técnico y falta de pruebas, pero claramente los esfuerzos de la actual administración siguen siendo muy agresivos contra las grandes empresas, y es previsible que el gobierno de Kamala siga ese esfuerzo inacabado.
Ahora bien, interesantemente, el caso previo de la administración de Trump no fue tan diferente. Aunque quizá los nombramientos de titulares de las agencias no eran de perfiles tan definidos como ‘intervencionistas’ o tan ‘hípster’ como les llaman algunos, sí hubo varios casos muy agresivos y políticas empujadas en contra de grandes empresas desde la misma Casa Blanca. En la administración Trump, básicamente se rompió con la idea de que los republicanos son más cuidadosos con las herramientas de competencia y el llamado ‘conservadurismo’ en esta política, y se volvió una administración muy activa en estos temas, con casos contra Google, Time Warner, Facebook y otras.
Entonces el reto es tratar de entender qué podría pasar en la siguiente administración. Parecería que ambos se perfilan a seguir o incluso incrementar el activismo. El perfil del recién nombrado candidato a vicepresidente JD Vance, continúa esta retorica frontal en contra de diversas empresas, en especial del sector tecnología. Aún a pesar de sus ligas con Silicon Valley y los inversionistas de riesgo en el país, Vance ha demostrado una animadversión a las empresas surgidas de ese ecosistema, incluso ha señalado que Google y Facebook deben ser divididas en diferentes empresas dependiendo su función. Sorprendentemente también, Vance ha dicho que considera que las agencias de competencia en la administración Biden están haciendo un muy buen trabajo. Kamala por su lado viene de California, e igualmente podría pensarse que es cercana a estas empresas y su entorno y podría bajar la ‘agresividad’. Pero sus dichos señalan que no es el caso y ha expresado públicamente que, aunque considere a las empresas tecnológicas “su familia”, se requiere mayor intervención y nueva regulación en temas de competencia, inteligencia artificial y privacidad de manera urgente.
Así pues, los extremos se tocan. Al menos en el tema del activismo en casos de empresas tecnológicas, es probable que sigamos viendo, gane quien gane, una actitud inquisidora de parte del gobierno y posiblemente nueva regulación. De acuerdo con varios medios, las autoridades americanas están analizando hoy día intervenir en contra de empresas como Microsoft, OpenAI y Nvidia (además de todas las mencionadas), por lo que el tamaño de la cruzada parece enorme y el efecto demostrativo para otros países será muy importante. Interesantemente, ha sido el Poder Judicial de ese país el que últimamente ha limitado algunas de estas actuaciones y revisa con detalle los más recientes casos, lo que podría dar un revés a estos ánimos en algún momento. Veremos si durante los siguientes días los candidatos dejan ver más sus planes en este ámbito tan relevante para el futuro de todos los mercados.