Carlos Serrano Herrera

FMI: México con retos complicados en los próximos años

El FMI argumenta que las principales causas de la desaceleración son cuellos de botella en la capacidad de producción y una política monetaria restrictiva.

Hace dos días, el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó las principales conclusiones de la misión que prepara el informe del Artículo IV sobre la situación que guarda la economía del país. El FMI confirma, como habíamos comentado aquí, que la economía de México está en un claro proceso de desaceleración, con un estimado de crecimiento para este año de 1.5 por ciento, muy inferior al 3.2 por ciento del año pasado. El FMI argumenta que las principales causas de la desaceleración son cuellos de botella en la capacidad de producción y una política monetaria restrictiva. Coincido con estos factores a los que yo añadiría la desaceleración del sector manufacturero en Estados Unidos.

El FMI sostiene que el proceso de desinflación en México está muy avanzado, lo cual permitirá al Banco de México continuar con un ciclo de relajamiento gradual de la política monetaria. En esto también coincido y me parece que, considerando el entorno de desaceleración de la economía y del mercado laboral, la inflación comenzará a descender a un ritmo todavía mayor, lo cual facilitará al Banco de México implementar bajadas de tasa de mayor magnitud.

Para el año próximo, el FMI estima un crecimiento todavía menor, de 1.3 por ciento, pero anticipa riesgos a la baja, entre los que destacan un crecimiento de la economía de Estados Unidos menor al anticipado y que la reforma al sistema judicial genere un entorno de incertidumbre que afecte la inversión. En este sentido, exhorta a que la reforma se implemente de forma tal que se asegure la profesionalidad de los jueces y se refuerce el Estado de derecho. Eso será complicado dado el poco margen de maniobra que deja el texto constitucional a su implementación en legislación secundaria.

En todo caso, el FMI afirma que la reforma ya ha creado una incertidumbre importante que afectará la inversión, aclarando que los posibles efectos negativos de la reforma no se incorporaron en el pronóstico del 1.3 por ciento. Esto implica que el crecimiento de 2025 podría ser significativamente menor. Si al pronóstico del FMI se le incorporara una caída en la inversión similar a la de 2019 que se dio, entre otros factores, por la cancelación del aeropuerto de la Ciudad de México, el crecimiento de 2025 sería de 0.4 por ciento. Y si a esto le sumamos los efectos por la incertidumbre generada por la reforma judicial, la economía mexicana bien podría entrar en recesión y tener un crecimiento negativo el próximo año. Y todo esto asumiendo que la economía de Estados Unidos logra un aterrizaje suave y no entra en una recesión, arrastrando a México. Creo que el mensaje implícito del Fondo es que el crecimiento económico de nuestro país en el corto plazo está en riesgo.

Pero la principal advertencia es que la reforma judicial puede resultar en que la economía del país tenga un equilibrio de menor inversión, lo cual afectaría el crecimiento de los próximos años y no solamente en 2025.

El FMI también advierte de los retos fiscales que enfrentará la administración que ahora empieza e insiste en que se debe llevar a cabo una reforma fiscal, que contemple revisar el Impuesto Sobre la Renta a personas físicas. Me parece que esto es cierto, aunque creo que dicha reforma se debería centrar en reducir la informalidad. Mientras dos terceras partes de las empresas del país sean informales, es complicado pensar que México tendrá niveles de recaudación adecuados y comparables con los de otros países de la OCDE.

Al igual que lo que comentamos aquí, para el FMI es necesario reducir el déficit público que este año se estima será de 5.9 por ciento del PIB y llevarlo a niveles del 3 por ciento, pero coincide en que no es necesario hacerlo en un año, lo que parece haber sido ya aceptado por las autoridades hacendarias.

Finalmente, el FMI reconoce que el proceso de nearshoring presenta grandes oportunidades para el país, pero que estas no se aprovecharán si no se realizan inversiones adecuadas en infraestructura, en particular en el sector energético, otra de las industrias amenazadas por las políticas públicas de la administración pasada y al parecer, retomadas por la entrante.

En resumen, el FMI advierte que si no se toman medidas de política adecuadas, en particular en suavizar los efectos negativos de la reforma al sistema judicial y al sector energético, México no solamente tendría un escenario de menor crecimiento sino que no sería capaz de aprovechar la oportunidad que representa el nearshoring.

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