Carlos Serrano Herrera

¿Cómo pinta el crecimiento económico en 2025?

Dos son las principales fuentes de incertidumbre para este año: lo que pueda ocurrir con la política comercial de EU y lo que resulte de la elección judicial en México.

Siempre que comienza un año hay factores de incertidumbre que dificultan los pronósticos económicos. Este año no es la excepción.

Son dos, a mi juicio, las principales fuentes de incertidumbre, una externa y otra interna. La primera es lo que pueda ocurrir con la política comercial de Estados Unidos hacia México. La interna tiene que ver con qué resultará del proceso electoral para renovar a miembros de la Suprema Corte y jueces federales. Nadie sabe qué ocurrirá con las amenazas arancelarias de Trump ni qué tipo de sistema judicial tendremos tras dicho proceso electoral. Mientras más dure la incertidumbre, mayor será la afectación a la inversión y, por tanto, al crecimiento económico.

México es, desde luego, muy vulnerable a medidas que puedan restringir el comercio con nuestro vecino del norte: ningún país del mundo exporta tanto a Estados Unidos como nosotros. Más del 80 por ciento de las exportaciones mexicanas, que equivalen a 30 por ciento de nuestro PIB, van a ese país.

En BBVA México estimamos que en un escenario en el que el país enfrente aranceles generalizados del 10 por ciento el crecimiento económico de este año sería del 1 por ciento. Ciertamente no se trataría de un año de crecimiento elevado (nuestro estimado de crecimiento potencial para el país es de 1.9 por ciento), pero tampoco catastrófico considerando los riesgos en puerta.

La razón por la que no habría una caída mayor es que México podría mantenerse igual de competitivo con aranceles del 10 por ciento mediante una depreciación equivalente del tipo de cambio. De hecho, desde junio el tipo de cambio se ha depreciado alrededor de 20 por ciento. Quizá podría depreciarse algo más al momento del anuncio, pero estimo que no mucho más, puesto que los mercados ya asumen que el país enfrentará algún tipo de arancel.

Si bien la incertidumbre afectará la inversión, y habrá una política fiscal contraccionista debido al proceso de consolidación fiscal anunciado por la Secretaría de Hacienda, el consumo se mantendría resiliente, aun considerando la desaceleración en el ritmo de creación de empleos, gracias al aumento en la masa salarial real, que ha sido impulsada por el aumento en los salarios, en particular del mínimo. Además, todo indica que la economía de Estados Unidos seguirá creciendo de forma vigorosa. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima un crecimiento de 2.7 por ciento para este año. Y en particular hay señales de que el sector manufacturero de ese país ha tocado fondo y está en un proceso de recuperación. Eso, en un contexto de un tipo de cambio más depreciado, debería favorecer a las exportaciones, ya que, incluso con aranceles, México seguiría teniendo acceso al mercado más grande del mundo. Además, un escenario de aranceles del 10 por ciento para nuestro país, pero mucho mayores para China (como es actualmente el caso), seguirá representando una oportunidad en términos del nearshoring.

Ahora bien, en un escenario donde Estados Unidos impusiera aranceles del 25 por ciento a México y Canadá, estimamos que nuestro país tendría crecimiento negativo. En este caso, a pesar de que podría haber una depreciación mayor que ayudara a absorber el choque externo, aranceles de esos niveles lanzarían la señal de que el Tratado de Libre Comercio entre los países de Norteamérica, el T-MEC, podría extinguirse. Lo anterior porque, siendo realistas, no se puede pensar en libre comercio cuando un socio impone aranceles del 25 por ciento. La expectativa de ruptura en la relación comercial resultaría en un choque negativo de alta magnitud a la inversión.

Me parece que este escenario, a pesar de las amenazas de Trump el día que tomó posesión, sigue teniendo una probabilidad relativamente baja porque si bien sería muy negativo para la economía mexicana, también lo sería para la de Estados Unidos. No solamente se observaría un aumento muy relevante en la inflación, sino que además muchos sectores perderían competitividad frente a otros países del mundo, en particular con China.

Finalmente, si se logra un acuerdo en el que México y Estados Unidos se comprometan a una mayor y más efectiva colaboración en materia de seguridad y migración, evitando la imposición de aranceles, el crecimiento puede ser mayor al 1 por ciento. En cualquier escenario, lo mejor es que la incertidumbre se disipe cuanto antes.

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