Presentada como victoria por unos y traición a la Constitución por otros, la ley de telecomunicaciones fue aprobada por el Senado y por la Cámara de Diputados en un fast-track, sin debate, sin que los legisladores que habían recibido línea del Partido Revolucionario Institucional y del Partido Verde siquiera escucharan a los que presentaban propuestas de cambio al proyecto de ley que –por cierto- también fue autorizado sin discusión, ni debate en las comisiones del Congreso de la Unión.
César Camacho, dirigente nacional del PRI, no cesó de elogiar la ley, diciendo que ahora sí tendríamos derecho los usuarios de telecomunicaciones; por supuesto que no dijo que la inmensa mayoría de esos derechos ya existían desde 2012 porque hubiera restado convicción y dramatismo. Las televisoras comerciales como el Canal de las Estrellas de Televisa, a través del noticiaro de Joaquín López Dóriga, no dejó de vanagloriar su aprobación, exaltando sólo una parte de la historia y condenando casi a la guillotina como traidores a la Patria a aquellos que osaran estar en contra como lo hizo el dirigente del Partido de la Revolución Democrática Jesús Zambrano.
Los porristas de la ley jamás fueron honestos con la ciudadanía y nunca dijeron que, en detrimento del interés general y en perjuicio evidente de las audiencias, se hizo un súper regalo a las televisoras comerciales y demás agremiados de la Cámara Nacional de la Radio y Televisión: al entrar en vigor la ley podrán incrementar hasta en 2.0 por ciento la publicidad. Así que váyale restando 2. por ciento a la programación que recibe. ¿Cuánto representa eso en ingresos?
Hagamos un ejercicio con la información pública de Televisa al segundo trimestre de 2014 en la cual declaró a las bolsas de valores que sus ingresos por publicidad fueron de 6 mil 264.7 millones. A esta cantidad hay que restarle lo que corresponde a publicidad en TV de paga que conforme a Televisa fue de 6.2 por ciento de esos ingresos para darnos un aproximado de 5 mil 876.28 millones por publicidad en TV abierta. El 2.0 por ciento de incremento en publicidad como un regalo del presidente Enrique Peña Nieto y de los senadores y diputados de PRI, Partido Verde y algunos del PAN podría ser equivalente a 117.52 millones por trimestre. ¿Cuál fue el beneficio a la sociedad? Ninguno. ¿Cuál fue el perjuicio? 2.0 por ciento más de publicidad. Ahora podrá entender por qué eso jamás lo dijeron los políticos, medios y periodistas partidarios de la ley. ¿Cómo dar la cara diciendo que es una victoria para la sociedad si sólo se le perjudicó? ¿Cuál fue el beneficio para los políticos? ¿Quedar bien con la pantalla grande para las próximas elecciones?
Las peores traiciones a la Constitución y al compromiso de continuar construyendo una democracia fueron en cuanto a: (1) los medios públicos porque negligentemente dejaron los principios constitucionales de este tipo de medios a la buena voluntad de éstos y de la interpretación del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT); (2) los medios de uso social imponiendo una burocracia sutil pero eficaz para complicar su existencia, además de elementos de discriminación expresos; (3) los medios indígenas dejando la visión paternalista y de quebranto a la autonomía de los pueblos indígenas con la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas como intermediario; (4) dejar a la Secretaría de Gobernación igual que en el régimen autoritario del México de 1960 como la encargada de supervisar contenidos en menoscabo de la autonomía constitucional del IFT y quizá de nuestro derecho a la información; (5) la colaboración con la "justicia" que sólo tuvo ajustes cosméticos eliminando definiciones para distraer; (6) los derechos de las audiencias limitados, otros violados con el incremento de publicidad y derechos sin mecanismos efectivos para contrarrestarlos; (7) un régimen light y que nunca se aplicará sobre propiedad cruzada de medios; (8) una preponderancia por servicios, y (9) un sistema público de radiodifusión cuyo órgano supremo no será el consejo ciudadano como lo sugiere la Constitución, sino una junta de gobierno dominada por el Ejecutivo federal.
Las únicas verdaderas victorias fueron en materia de accesibilidad a las telecomunicaciones por personas con discapacidad porque se establece un punto de partida en la materia, el cual debemos monitorear y buscar que se sigan incluyendo servicios y funcionalidades a través de políticas públicas de la estrategia digital nacional y de programas de cobertura universal de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. La otra victoria es que se eliminará a partir de 2015 la larga distancia cuyos cobros afectaban a los estratos de la población con menos ingresos.
Correo: claraluzalvarez@gmail.com
Twitter: @claraluzalvarez
elecomysociedad.blogspot.mx
Clara Luz Alvarez
Ley de telecom: ¿victoria o traición?
COLUMNAS ANTERIORES
Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.