Las empresas involucradas con las ciencias de la vida crecieron con la pandemia y robustecen su participación en los diferentes mercados inmobiliarios.
Luego de una etapa de inversión, expansión e innovaciones en 2021, esta industria se prepara para un crecimiento y demanda constante en los próximos años. Pero más allá de la expansión producto del Covid-19, es un nicho que considera procesos intensos de crecimiento y adecuación de espacios.
Para quienes siguen y encuestan sobre su participación es un hecho que en el futuro, capitalizar las últimas tendencias en tecnología será un área crítica, debido a que los avances crean una necesidad de remodelación continua. En una actualización de la evolución del mercado, Cushman & Wakefield (C&W) asegura que si bien la inercia y su trayectoria están intactas, el sector no es inmune a factores económicos como la inflación, las tasas de interés más altas y los mercados de capital más ajustados. Estos elementos afectan a los inversores y las propias empresas que, ante el actual escenario y luego de ese período de expansión, buscan ocupar espacio dentro de un presupuesto ajustado.
Entre los factores del update destacan el crecimiento descomunal de los últimos siete años. Hecho que se reflejó en el precio del arrendamiento en el mercado de oficinas de Estados Unidos, mismo que experimentó un nivel un 67% más alto, en promedio, que en 2015.
El área de research de la firma de servicios inmobiliarios detectó que adicionalmente el inventario creció 29%. Esta situación no es exclusiva del mercado norteamericano. En el Reino Unido, el mismo indicador de alquiler creció 63 % desde 2017. Si bien el crecimiento se ha desacelerado en algunos mercados, se mantiene por encima de los niveles previos a la pandemia de 2019.
Ante otros factores como la presión inflacionaria, la mano de obra de las empresas del sector es un factor que podría experimentar, como en otros lapsos recesivos, resiliencia durante los períodos de recesión en los períodos 1992-2002 y 2002-2012.
No obstante las variables macroeconómicas, la demanda de este sector incide en el aumento en el flujo de capital de riesgo por el impulso generado por el acelerado crecimiento de nuevas empresas con capital semilla y en etapa inicial.
Esto representa que el financiamiento inicial atrajo al capital, debido a que los ensayos clínicos son desarrollados por etapa. Entre los mercados monitoreados, C&W identificó que 50% de los acuerdos de capital de riesgo en el negocio hasta agosto pasado involucraron acuerdos iniciales o de etapa inicial con un tamaño promedio en cada caso de $38 millones de dólares.
En marzo pasado, el update del sector identificó la inyección de 70 mil millones de dólares de capital privado al financiamiento de este tipo de empresas en 2020, mismo que creció el año pasado hasta $78 mil millones de dólares.
Si bien la intención de esta reflexión no se basa en lo que estos recursos permitieron promover nuevos tratamientos para enfermedades como la fibrosis quística, el cáncer y el VIH, es un hecho que ese resultado es determinante para ubicar hacia dónde ha fluido el capital, la distribución en la ubicación de talento y en especial, el impacto en el espacio de los laboratorios, hecho que incide en la demanda, costo y nuevos entornos en edificación.
Dichas tendencias incidieron en transacciones relevantes registradas en ciudades como Nueva York, San Diego, Boston, New Jersey, Seattle y otras que han logrado atraer a los usuarios del sector. Por tanto y aunque con un impacto distinto, en los mercados corporativos de México, el sector está siendo motivo de atención entre quienes le ubican como uno de los principales inquilinos en los años por venir.
Facebook: Claudia Olguín Mx
Twitter: @claudiaolguinmx