El proyecto de interconexión del istmo de Tehuantepec ha sido un sueño histórico para el país, las ventajas y disputas que se han dado en torno a él son señaladas en la investigación sobre el tema ‘Ferrocarril Nacional de Tehuantepec, México: El puente comercial del mundo’, elaborado por la Dra. Leticia Mayola Reina (http://www.asihf.org/comunicaciones/REINA_Leticia.pdf), en donde se documenta que este proyecto fue puesto en marcha a principios del siglo XX al habilitar a Coatzacoalcos en el Golfo y a Salina Cruz en el Pacífico, como puertos de carga y desembarco de mercancías, la inauguración del tráfico interoceánico inició en 1907 de 350,233 toneladas a cerca de las 900 mil. Sin embargo, en 1914, año en que pasó el primer barco por el canal de Panamá, la carga del istmo se redujo a la tercera parte, y al año siguiente bajó 77 por ciento y finalmente el negocio se desplomó. México en vez de responder al reto permitió que el proyecto se hundiera y se dejo a su suerte, dejándolo con una baja operación. En 1946 con la administración de Miguel Alemán se construyó una carretera conectando a Coatzacoalcos con Salina Cruz que es la que subsiste hasta la fecha. En las subsiguientes décadas el proyecto se mantuvo como una operación local, sin ninguna fuerza que lo impulsara. En tanto esto sucedía la población en la región crecía alcanzando los 2.4 millones de habitantes, en comunidades que contemplan hasta la fecha grandes rezagos en términos de bienestar social.
La actual administración decidió emprender el programa del istmo como un proyecto de desarrollo regional, proponiendo una reestructuración de la infraestructura económica y social, buscando mejorar los niveles de vida a partir de una participación más activa de los habitantes del istmo. Para que esto se logre se requiere de un gran esfuerzo de inversión no sólo para reconstruir la infraestructura ferroviaria, carretera, sino también para impedir que la población de la región quede rezagada nuevamente en términos de bienestar. El proyecto se ha vuelto interesante no sólo a México como un proyecto de desarrollo regional, sino que se han dado las condiciones para que la renovación de la infraestructura aterrice en un gran proyecto comercial a nivel internacional. Adicionalmente a la renovación ferroviaria, que incluirá trenes de carga y de pasajeros, se están preparando diez polos de desarrollo para generar núcleos de actividad que impulsen la fabricación de manufacturas claves, se ha pactado ya con varias empresas su instalación en la región, entre otras se ha acordado con la industria automotriz producir localmente vagones para el mismo ferrocarril, para lo cual se ha pactado construir instalaciones para ocupar uno de los espacios industriales.
Un sustento clave de este proyecto radicará en la construcción de un oleoducto y un gasoducto, que permitirán resolver el problema del comercio de combustible, ya que barcos tan grandes como los que transportan 650.000 m3 de crudo (unos 4,1 millones de barriles), no pueden cruzar el Canal de Panamá y tienen que realizar un viaje hasta el estrecho de Magallanes para pasar del Golfo de México al Pacífico. De esta forma, la construcción del oleoducto se convierte en un elemento clave para la industria petrolera de Estados Unidos, ya que un proyecto de esta naturaleza es una pieza clave para transportar los excedentes de petróleo y gas natural que el vecino del norte obtiene en los estados del Golfo de México para comercializarlos en la costa oeste o en su caso exportarlos a los países asiáticos. En esta perspectiva el proyecto se verá reforzado por este tráfico asegurando una rentabilidad aceptable al proyecto del istmo.
Un proyecto de esta naturaleza requiere tener los amarres necesarios en los presupuestos de 2022 a 2024, para asegurar su viabilidad, en este sentido el nuevo secretario de Hacienda requerirá establecer mecanismos de financiamiento del Programa Istmo para que pueda ponerse en operación en sus diferentes facetas. La infraestructura que se requiere es clave en un amplio espectro, ya que no sólo es la habilitación de los puertos de Coatzacoalcos y Salina Cruz, sino también la construcción carretera de altas especificaciones, así como la infraestructura de comunicaciones y de energía. En este sentido es una oportunidad para impulsar energías limpias en la región, como la generada en el gran parque eólico de la Ventosa. Para una operación adecuada se requiere de comunicaciones de alta especificaciones conectados a satélites, donde Telecom podría jugar un papel fundamental.
Un elemento que se requiere cuidar paso a paso es hacer del proyecto un ejemplo de conservación medioambiental. Para ello es necesario mantener la biodiversidad de la región y buscar que la preservación del medio ambiente sea esencial para que realmente se convierta en un esfuerzo regional sustentable. La tarea es difícil pero viable, pero para ello se requiere de suficientes recursos para que antes de que termine la administración pueda estar funcionando de manera adecuada este proyecto. Es una gran oportunidad para el país, las expectativas son grandes, esperamos que los presupuestos 2021 a 2024 sean suficientes para su puesta en marcha.