En medio de la pandemia en 2020-2021 el mundo se dio cuenta de la alta dependencia que existía de Asia para el desarrollo de semiconductores, lo que se reflejó en desabastecimientos estratégicos en diversas industrias, entre otras, la automotriz. Esta situación no pudo resolverse de forma inmediata, se requería que se instrumentaran medidas que incentivaran el desarrollo de la industria, lentamente se gestionó en Estados Unidos y en Europa una política para incentivar a la industria.
En agosto de 2022, el presidente Biden firmó una orden ejecutiva para implementar el financiamiento de semiconductores en la Ley Bipartidista de Chips y Ciencia de 2022. Esta legislación buscaba reducir los costos de los bienes, crear empleos de fabricación bien remunerados en todo el país y garantizar que se fabricaran tecnologías estratégicas en Estados Unidos. Esta ley respondió a la escasez aguda de semiconductores y a la necesidad de construir cadenas de suministro de semiconductores más resistentes. Al financiamiento que se venía otorgando a la industria se sumaron incentivos en la Ley de Chips, con el fin de reconstruir las cadenas de suministro, fabricación e infraestructura aquí en casa, junto con inversiones cruciales de la Ley de Infraestructura Bipartidista y la Ley de Reducción de la Inflación. Esta orden ejecutiva mostró el compromiso de la administración Biden-Harris de aumentar rápidamente la producción de semiconductores, fortalecer el liderazgo en investigación y diseño, y hacer crecer una fuerza laboral diversa en semiconductores para darle a Estados Unidos una ventaja competitiva en el escenario mundial.
Para garantizar esta iniciativa, el Departamento de Comercio lanzó Chips.gov, un programa de financiamiento por 50 mil millones de dólares para financiar la fabricación y la investigación y desarrollo de nuevos semiconductores, este mercado se espera que alcance los 971 mil millones de dólares en 2028, bajo esta perspectiva sería uno de los mercados que se podrían impulsar con el nearshoring. México ha visualizado el poderse involucrar en el desarrollo de semiconductores, la Secretaría de Economía en 2022 propuso establecerlo como sector prioritario. A principios de 2023, el gobierno de Sonora propuso en su Plan de Energía Sostenible la creación de un centro binacional para el desarrollo de semiconductores, dentro de este objetivo se ha propuesto crear un centro binacional en donde participaría la Universidad de Arizona, Conacyt y el gobierno estatal, donde adicional a la investigación, se propone detonar al talento humano, así como consolidar las nuevas cadenas de proveeduría y que se pueda abastecer a la industria con energías limpias.
Los estados de la frontera norte en realidad tendrían una gran ventaja para impulsar la industria, ya que, al igual que Sonora, tienen las capacidades tecnológicas con las universidades que han desarrollado centros de investigación en Nuevo León y Coahuila, y estarían preparadas para este reto, y cuentan con parques solares y eólicos para desarrollar energías limpias, con un potencial de 23 GW en energía eólica (13 por ciento) y 10 GW en energía solar (8 por ciento).
Estos elementos apuntan a que México sí se puede convertir en un centro de desarrollo de semiconductores y tomar ventaja de los apoyos que dará Estados Unidos para el establecimiento de nuevos centros productores de semiconductores. La expectativa es que la producción de semiconductores alcancen los 576 mil millones de dólares en 2024, lo cual abre un espacio para incursionar en este mercado y asegurar para el futuro el abastecimiento nacional de los mismos, y con un potencial de exportación hacia Estados Unidos y Canadá bajo la política de nearshoring, es un buen momento para incursionar en nuevas tecnologías en nuestro país. Se han generado grandes expectativas en este entorno, es momento que los empresarios mexicanos tomen ventaja de esta oportunidad para desarrollar industrias de alta tecnología.