Cada seis años para los mexicanos se da una perspectiva de esperanza, existe en el imaginario colectivo la expectativa de que con la renovación sexenal llegará algo mejor que resolverá todos los problemas que se han venido acumulando y que han creado una realidad diferente a la que se aspiraba en su momento. 2023 ha sido un año difícil, hemos enfrentado de manera cruenta los efectos del cambio climático, la tragedia de Acapulco atestigua la gravedad de los hechos, aunque es tan solo un botón de lo que podrá ocurrir, por desgracia el cambio climático llegó para quedarse, tendremos que afrontar esta situación en forma creciente, a lo que sí puede aspirar la sociedad mexicana es a que se asuma una política medio ambiental diferente, que restrinja las emisiones, que preserve el medio ambiente, que modifique la política energética y que se creen nuevas reservas ecológicas, en fin, que se asuma socialmente al cambio climático como una responsabilidad de todos y se actúe en consecuencia.
Una situación similar acontece en el sector salud, donde la falta de una política integral que garantice el derecho a la salud a todos los mexicanos ha diezmado a la población. Una y otra vez se ha enfrentado a los que menos tienen al desatino de la política de salud de la administración en turno. El evento que ha vivido el país en las últimas semanas, con la falta de una política de vacunación universal, pone en evidencia la desestructuración del sistema de salud, que pudiera garantizar la vacunación para toda la población y no dejarla al mercado permitiendo que los que más tienen puedan adquirir las vacunas, dejando al resto de la población en la ignominia. A lo que se suma el que no se ha puesto en marcha un sistema de salud que atienda las necesidades de los que menos tienen, la transición del sistema prevaleciente hasta 2019 hacia uno diferente ha dejado a una gran población en el limbo, con los efectos que implica ese proceso. El imaginario colectivo espera que en 2024 se ponga en marcha un sistema de salud accesible universal con los estándares internacionales.
Una tercera aspiración para 2024 sería el que se pusiera en marcha una reforma al sistema educativo para que desde los primeros años de la educación se garantice la creatividad. El futuro se construye desde abajo, poniendo el piso necesario, para sobre él levantar las bases de una sociedad del conocimiento. Esto queda claro en los países asiáticos, que han entendido este reto y han decidido adaptar sus sistemas educativos en forma continua, es algo que en México ha fallado, se ha dejado a la deriva la construcción de un sistema educativo eficiente y competitivo, tal como se hace patente con los resultados de la prueba PISA 2023. En esta edición de la prueba, México mostró que los estudiantes de 15 años tuvieron su peor desempeño en matemáticas desde 2006, materia que reprobaron junto a ciencias y lectura, según los resultados del programa para la evaluación internacional de los alumnos. Se hace evidente que requerimos una reforma educativa orientada hacia la creatividad, en donde los estudiantes acepten las diversas culturas y sus horizontes deben ser globales y no nacionales. Se requiere que México evite establecer modelos ideológicos de educación básica y secundaria. Se requieren modelos de educación que incentiven la creatividad a través del conocimiento, tenemos que estar conscientes de que el mundo se construye desde abajo, y que nuestros hijos van a competir con niños que tendrán sus capacidades ampliadas gracias a sistemas educativos rediseñados, adaptados a la sociedad del conocimiento y que no se cierran a motivar la abstracción y el conocimiento universal. La idea es que sean capaces de comunicarse con el mundo global, e imaginar un mundo más allá del internet, y sean capaces de diseñar un mundo capaz de vivir en medio de la profundización del cambio climático.
Una aspiración adicional para 2024 sería establecer reformas al sistema de seguridad pública, 2023 ha sido un año sumamente violento que ha mostrado cómo los carteles de la droga se han apoderado de grandes partes del territorio, reduciendo la movilidad. No es seguro viajar por ciertas regiones y esto convierte al territorio nacional en un espacio segmentado en donde cotidianamente se enfrentan bandas del crimen organizado. Se requiere rediseñar la seguridad nacional, no podemos dejar al arbitrio del crimen organizado los lugares por donde transitar. Es necesaria una reforma de la seguridad nacional para garantizar el libre tránsito de las mercancías y de las personas. Esto es necesario para asegurar la unidad nacional, de lo contrario estaremos segmentando al país y con ello estaremos rompiendo la unidad nacional.
La expectativa es que 2024 sea un año de cambio, pavimentando el camino para poder transitar hacia un mejor futuro donde convivamos con el medio ambiente, lo protejamos y garanticemos la subsistencia con salud de todos los mexicanos. En un clima de paz y seguridad, donde nos podamos comprometer en el rediseño del país hacia una sociedad más igualitaria.