En algunas partes del mundo se han empezado a discutir propuestas para el mercado laboral sumamente novedosas, como es el caso del ingreso básico universal. Alaska es uno de los únicos lugares que hasta ahora ha implementado una renta básica universal a gran escala para sus habitantes, incluso hay un sitio web donde pueden aplicar para solicitar este ingreso (Alaska citizen income). Poco se conoce de este esfuerzo. Este esfuerzo se inició poco después de que el petróleo de la vertiente norte de Alaska comenzara a fluir hacia el mercado a través del sistema de oleoductos Trans-Alaska. En ese momento se creó el Fondo Permanente, mediante una enmienda a la Constitución de Alaska. Fue diseñado para ser una inversión en la que al menos el 25 por ciento del dinero del petróleo se pondría en un fondo dedicado a las generaciones futuras, que ya no tendrían petróleo como recurso. El Fondo Permanente de Alaska reserva una determinada parte de los ingresos petroleros para seguir beneficiando a las generaciones actuales y futuras de habitantes de Alaska.
La Corporación del Fondo Permanente de Alaska administra los activos tanto del Fondo Permanente como de otras inversiones estatales, pero el gasto de los ingresos del fondo depende de la Legislatura. La corporación debe administrar para obtener un rendimiento máximo y prudente como banco de desarrollo para proyectos en el Estado. El fondo creció de una inversión inicial de 734 mil dólares en 1977 a aproximadamente 77 mil 400 millones de dólares en 2023. Parte del crecimiento se debió a una buena gestión, parte a la reinversión inflacionaria y parte a decisiones legislativas para depositar ingresos adicionales durante los años de auge. Cada año, las ganancias realizadas del fondo se dividen entre la protección contra la inflación, los gastos operativos y el dividendo anual del Fondo Permanente.
El gobernador de Alaska, Mike Dunleavy, ha solicitado un aumento al fondo para 2024, el monto del dividendo propuesto por el gobernador Mike Dunleavy sería de más de 3 mil dólares por habitante de Alaska. El mayor fondo soberano es el de Noruega, que cuenta con 1.4 billones de dólares, lo que equivale a 250 mil dólares anuales por habitante.
En las últimas semanas, el gobierno de la República Popular China ha planteado la entrega de un ingreso ciudadano a su población. En el verano de 2021, el presidente Xi Jinping comenzó a utilizar la frase “prosperidad común” para describir sus objetivos políticos para China. Lo describe como un crecimiento centrado en las personas, en el que se anima a aquellos con altos ingresos -tanto individuos como empresas- a regresar más a la sociedad. En su argumentación ha señalado que China ha superado su etapa de rápido crecimiento y ha entrado en una nueva etapa que requerirá de una reducción de la desigualdad y una elevación de los que quedan atrás. También ha señalado que quiere lograr avances sólidos para lograr la prosperidad común para 2035. Las medidas clave para una mayor prosperidad común, además de la reducción de la desigualdad, incluirán una mejor salud y una reducción de la degradación ambiental, pero lo más importante es una base de consumo más amplia con mayor poder adquisitivo de los consumidores.
El reto para México es empezar a discutir una transformación del sistema de bienestar social repensando el papel que debería darse a todos los recursos naturales, en la perspectiva de Alaska y Noruega, en donde se ha dejado claro que se deberían constituir fondos de todos los recursos naturales existentes y que su explotación estuviera sujeta a constituir rentas para los ciudadanos, en una perspectiva de largo plazo. Para poder instrumentar esta propuesta sería necesario repensar las finanzas públicas en una perspectiva de largo plazo, cuestión que no se han planteado los gobiernos hasta la fecha. Su perspectiva ha sido cómo obtener recursos para el siguiente año, comprometiendo los recursos naturales con el ejercicio presupuestal anual y no pensando en asegurar el bienestar colectivo para el largo plazo.
Se requiere una visión de largo plazo, en donde los ciudadanos estén en el centro del debate, hemos perdido esta oportunidad y hemos dejado que los recursos del petróleo sirvan como la fórmula para asegurar el presupuesto anual, igual situación jugarán los recursos minerales como el litio, y poco a poco se irán agotando, al igual que el petróleo.
En un momento oportuno para debatir sobre el tema, en esta perspectiva, la reforma fiscal que se ha pospuesto deberá ser innovadora y no simplemente pensar en asegurar recursos suficientes para el presupuesto anual, se requieren establecer parámetros en la perspectiva de que la sociedad mexicana está envejeciendo y requerirá maximizar el bono demográfico con el que aún contamos, y asegurar al mismo tiempo mecanismos que nos permitan ver hacia adelante en una perspectiva de bienestar como lo hacen Alaska, Noruega y China. Los responsables del rediseño de las finanzas públicas para los próximos años requieren pensar en administrar el bien común, que son los recursos naturales y maximizar su potencial y reservar recursos para el futuro.