Clemente Ruiz Duran

Mercado laboral: fortalezas y debilidades el reto para 2030

La actual administración generó 5 millones de empleos adicionales, lo cual es aún más relevante dada la pandemia que azotó a la economía mexicana.

Las últimas cifras sobre la situación del mercado laboral en México las dio a conocer el INEGI el pasado 26 de febrero, serán las cifras que servirán para valorar el desempeño de la actual administración, se espera que en mayo se den a conocer nuevos datos, justo antes de que se realicen las votaciones. Las cifras muestran un fortalecimiento del mercado laboral, en 2023 se alcanzaron 59 millones de población ocupada, 35 millones hombres y 24 millones mujeres. Esto contrasta con la situación que prevalecía en 2018, en que la ocupación era de 54 millones, en esta perspectiva la actual administración añadió 5 millones de empleos adicionales, lo cual es aún más relevante dada la pandemia que azotó a la economía mexicana.

Se puede argumentar que la recuperación pospandemia ha sido intensiva en empleo, lo que ha derivado de la expansión de la obra pública y del crecimiento de la construcción de plantas industriales en todo el país derivado del nearshoring. El empleo manufacturero alcanzó los 9.8 millones, 193 mil más que un año antes, y la construcción alcanzó 4.7 millones, 235 mil más. En esta perspectiva queda claro en este período su efecto multiplicador. Esta combinación de obra pública y mayor inversión en nuevas plantas industriales ha resultado ser sumamente favorable para la economía. La pregunta es: ¿lograremos mantener este ritmo de expansión a pesar del cambio sexenal? La expectativa es que la reubicación de plantas industriales continúe producto del nearshoring y la gran pregunta que surge es si el gasto público se mantendrá a los niveles de fin de sexenio o podría haber un ajuste de este que pudiera reflejarse en la ocupación.

Otro factor que ha sido positivo para el crecimiento del empleo ha sido el sector servicios, en donde la expansión de las actividades comerciales permitió una expansión del empleo de 305 mil 379, alcanzando 11.6 millones de ocupados. La expectativa es que este sea uno de los sectores que mantenga el crecimiento de manera estable. A lo anterior se ha sumado el empleo en transportes, comunicaciones, correo y almacenamiento, cuya expansión fue de 268 mil puestos de trabajo, que se explica por el creciente perfil exportador de las manufacturas, en este sentido, este sector se convierte en el complemento necesario para la expansión del comercio exterior.

En esta perspectiva, el crecimiento económico del país parece estar alentando una recomposición del mercado laboral, alentando el crecimiento de los micro y pequeños negocios que abastecen a la industria, este tipo de negocios se ha convertido en una palanca para el crecimiento de las actividades industriales y de servicios, el empleo generado fue de 752 mil nuevas plazas, alcanzando los 33 millones de ocupados en este segmento. El gran reto es que la nueva administración impulse una política integral para el desarrollo de este segmento empresarial.

Este círculo virtuoso que parece estarse gestando en el mercado laboral con la combinación de la reindustrialización para la exportación, combinada con el desarrollo del sector servicios y la obra pública, parecen encaminar hacia una nueva realidad al mercado laboral. Sin embargo, existen pendientes que se requiere poner en evidencia para la agenda 2024 a 2030.

Un elemento clave es analizar la situación del mercado laboral en el campo, la agricultura está expulsando gente. En 2023 se redujo la ocupación 432 mil personas, esto deriva de la crisis que está viviendo el campo mexicano por el cambio climático, no hay agua, lo que combinado con el crecimiento de la violencia ha motivado una nueva migración para enfrentar la subsistencia y huir de la violencia que existe en las zonas rurales. En esta perspectiva se requiere de una nueva política para el campo, una estrategia que dé seguridad a los campesinos y otra que otorgue condiciones de sobrevivencia a los agricultores ante la escasez de agua. De no asumirse una estrategia adecuada, lo que viviremos es un aumento de la migración campo-ciudad.

Estos procesos disruptivos se han visto reforzados por la migración proveniente de otros países, lo cual se ha acentuado en los últimos meses y esto requiere de una política específica para el proceso migratorio. En este caso, las autoridades no han asumido una definición de qué hacer con los migrantes, sino que simplemente han optado por dejarlos seguir su camino hacia el norte, lo que ha dado lugar a la aparición de refugios migratorios a lo largo y ancho del país. Lo anterior ha dado lugar al surgimiento de villas para los migrantes, como el caso de Tlahuac en la Ciudad de México. Este proceso se refleja en la persistencia de la informalidad, que de acuerdo con las últimas mediciones de la matriz de Hussmanns, se mantiene en 55 por ciento de la población.

En este caso, se requiere de una política definida para reducir la informalidad, y un posicionamiento claro sobre los procesos migratorios y la forma cómo esto afectará la situación del mercado laboral mexicano. Hasta hoy no ha habido un posicionamiento claro y transparente por parte del gobierno mexicano sobre esta situación y simplemente se ha dejado avanzar el proceso, sumándose a lo que existía. Se requiere una nueva política que reordene el mercado laboral y se reduzca progresivamente la informalidad.

El país atraviesa por una situación ideal para lanzar un programa de reordenamiento del mercado laboral inducido por el crecimiento del empleo en los sectores estratégicos de exportación y de la obra pública. Es un momento clave para el desarrollo, esperamos que sepamos aprovechar esta coyuntura.

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