Clemente Ruiz Duran

El reto de China en la renegociación del T-MEC

Es necesario analizar lo que está sucediendo en el proceso comercial y sobre todo que se defina cuál será la actitud de la nueva administración frente al comercio México-EU y México-China.

En las últimas semanas se ha argumentado por parte de algunos políticos estadounidenses, especialmente por Donald Trump, el riesgo que significan las exportaciones de China que se triangulan a través de México, sugiriendo que se impongan límites a este proceso en la renegociación del Tratado de Libre Comercio. Este proceso ha sido visualizado por el gobierno de Biden, que sugiere la posibilidad de que se impongan sanciones adicionales si los fabricantes chinos de vehículos eléctricos intentan trasladar su producción a México para evitar los impuestos de importación recientemente anunciados. Estos aranceles no aplican tan sólo a los autos, sino que incluye otros productos, incluidos acero, aluminio, chips de computadora y células solares. En realidad, lo que están enfrentando los productores americanos es la ineficiencia en su sistema productivo en varias áreas, lo sorprendente es que Estados Unidos están perdiendo competitividad rápidamente frente a los productores chinos en varios frentes, cuando fueron pioneros hace años en poner en marcha la producción de automóviles eléctricos, lo que había sucedido anteriormente con los teléfonos celulares y los sistemas de computo.

La coyuntura actual le plantea retos interesantes al nuevo gobierno, no se trata de que reaccionen simplemente frente a la renegociación del Tratado de Libre Comercio, sino que se analice lo que está sucediendo en el proceso comercial de manera amplia y sobre todo que perfilen cuál será la actitud de la nueva administración frente al comercio México-EU y México-China. Para entender la magnitud del reto es necesario analizar lo que ha pasado en el último año y en los primeros cinco meses de 2024. En 2023, México importó de China 114 mil 191 millones de dólares y le exportó un total de 10 mil 057 millones de dólares, es decir, tuvimos un déficit 104 mil 133 millones de dólares. A lo largo de los primeros cinco meses de 2024, el déficit con China alcanzó los 47 mil millones de dólares, es decir, la tendencia tiende a profundizarse, haciendo evidente que la negociación no será trilateral Canadá-Estados Unidos y México, sin que estará presente sin ser miembro China.

El elemento clave para el nuevo gobierno será que defina de una manera compleja la estructura productiva que busca tener en el año 2030, sólo en este esquema podrá negociar exitosamente, de lo contrario los estadounidenses insistirán en más aranceles bilaterales para buscar de desincentivar el comercio de bienes provenientes de China. Sin embargo, el proceso es más complejo porque China está avanzando en todos los procesos productivos dejando atrás a las fabricas occidentales, hoy China produce el 58 por ciento de los vehículos eléctricos a nivel global, lo que hace evidente que están por encima de cualquier otro país. En esa perspectiva lo que se requiere es tener programas productivos que permitan aprovechar esta revolución y combinarla con los objetivos nacionales.

En este sentido el proceso de renegociación por parte de México debe provenir no de sentarnos en una mesa de negociación a establecer normas comerciales, sino que debemos anticiparnos y definir qué esquemas de producción buscaremos establecer para los siguientes seis años y sobre esto amoldar la negociación.

La renegociación de un Tratado de Libre Comercio (TLC) frente a la preponderancia china en la producción de vehículos eléctricos debe ser cuidadosamente estructurada para abordar múltiples aspectos, como el equilibrio comercial, la competitividad de las industrias locales y la sostenibilidad a largo plazo. Se requiere evaluar la capacidad de producción local, la tecnología, la infraestructura y las ventajas competitivas. Requerimos partir de aumentar la competitividad local, requerimos fomentar el desarrollo de tecnologías sostenibles y nuevas innovaciones.

Se requiere aumentar los requisitos de contenido local, establecer un porcentaje más alto de contenido local, dar incentivos para el uso de componentes locales, para lo cual debemos ofrecer ventajas arancelarias para fabricantes que utilicen una mayor cantidad de componentes locales. En este sentido se requiere permitir la transferencia de tecnología y colaboración con empresas locales. Un punto clave para el nuevo gobierno será dar apoyo a las pequeñas y medianas empresas, convertirlas en verdaderos competidores globales, brindándoles asistencia técnica y financiera para mejorar su competitividad. La nueva secretaría de Ciencia y Tecnología debe invertir en investigación y desarrollo de tecnologías de vehículos eléctrico, tal como le hizo el Instituto Politécnico Nacional que en corto plazo puso en marcha la carrera de ingeniería ferroviaria, asimismo requerimos capacitar a la nueva fuerza laboral en tecnologías avanzadas de producción y mantenimiento.

En esta perspectiva lo que se debe proponer es que, para hacer frente a los retos de la economía china, los negociadores del tratado estén apoyados por un esquema amplio de reconversión productiva en donde la Secretaría de Economía logre acordar con el sector productivo nuevas reglas del juego para ampliar el horizonte productivo del país. Es decir, se requiere de un rediseño estratégico de la planta productiva para que pueda competir en el complejo mundo de las nuevas tecnologías.

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