Por Armando Zúñiga Salinas, Presidente Coparmex Ciudad de México.
En la entrega anterior escribimos sobre la labor que se realiza en el Grupo de Trabajo para el Fortalecimiento a los Emprendedores y Mipymes, de la Comisión de Economía, Comercio y Competitividad de la Cámara de Diputados, para que la Ley del Emprendedor (Emprendimiento) sea una realidad.
Algunos de los puntos básicos que deberá contener una iniciativa tan importante y que, desde Coparmex Ciudad de México hemos impulsado con nuestra vicepresidenta de Empresarios Jóvenes, Anabel Martínez, son:
1. Financiamiento. La Secretaría de Economía determina en su portal de internet que hay, básicamente, dos formas de financiarse: uno es por medio de financiamiento y dos, por capital emprendedor. Para quien emprende, siempre es complicado acceder a un crédito: los bancos los ofrecen, pero la mayoría de las ocasiones, las pequeñas y medianas empresas no pueden hacer frente a un compromiso de esta magnitud.
Es necesario que esta Ley cuente con todas las opciones necesarias: sí, los bancos, las instituciones del Estado, pero se deben incluir todas y cada una de las posibilidades que faciliten una vida estable y larga a los emprendimientos y que cuenten con condiciones en que todos salgan beneficiados.
Sólo para ejemplificar lo complicado que es conseguir financiamiento para emprender, la Radiografía del emprendimiento en México 2020 indica que 22% de los fracasos al emprender se dieron por problemas para conseguir financiamiento.
2. Capacitación constante. A pesar de que muchas universidades y entidades de gobierno ofrecen cursos, hay que hacer que éstos lleguen como un aguacero a todo el que lo necesite.
La Radiografía del emprendimiento en México 2020 resalta que 11% de los emprendimientos en el país fracasaron, precisamente, por falta de conocimiento, es decir, por no tener una capacitación constante.
3. Innovación. Durante la inauguración del campus de una universidad en la Ciudad de México en el 2016, el doctor René Drucker, entonces secretario de Ciencia, Tecnología e Innovación en la CDMX, aseguró que aunque en México todos dicen que la innovación es importante, este país carece de un sistema para innovar.
Agregó que si bien hay investigadores universitarios, inventores y personas que realizan proyectos de innovación, se encuentran con el grave problema de que una vez desarrollado el concepto innovador, la cadena productiva para hacer crecer y generar esa innovación se trunca.
Por ello es necesario que esta Ley dote de todas las posibilidades para que una vez, por medio de la creatividad, ingenio o necesidad del emprendedor, esa innovación no se quede en el tintero y permita el crecimiento y desarrollo de nuevas empresas.
4. Contrataciones públicas para pymes. En el documento “Un nuevo sistema de contrataciones públicas para México”, el IMCO asegura que existe un grupo selecto de proveedores que se ven beneficiados por el sexenio en turno.
Las cien empresas más exitosas en la obtención de contratos de 2012 pasaron de tener 43% del monto total asignado a 20% en el 2016, equivalente a una reducción de 20%, mientras que las más exitosas de 2016 pasaron de tener 16% del monto total asignado en 2012 a 51% en 2016, un crecimiento de 218%; ¡vaya números!
La Ley del Emprendedor o del Emprendimiento debe permitir que todos los recursos utilizados en contrataciones públicas sean mejor repartidos y dejen de ser un triunfo para algunos cuantos, para evolucionar y que sea un tipo de lluvia que haga florecer las capacidades de todas las empresas, grandes, medianas o pequeñas.
5. Fomento a la educación del emprendimiento. El Instituto para el Futuro de la Educación del Tecnológico de Monterrey resalta que el sistema educativo carece de los mecanismos para hacer cambios tan sustanciales como integrar principios de emprendimiento en una forma ágil y eficiente.
Sin embargo, enumera cuatro prácticas a seguir para educar para emprender desde la academia:
· Incentivar la creatividad.
· Reforzar el desarrollo personal.
· Promover el liderazgo.
· Entrenar la flexibilidad y la adaptación al cambio.
Es urgente, necesario, que la educación para emprender sea parte del sistema educativo en todos los niveles, desde el kínder hasta la universidad. Ayudemos a que esas ideas, sueños, se conviertan en empresas reales que generen empleos y riqueza.
El tema de la Ley del Emprendedor da para más. En la próxima entrega escribiré sobre más tópicos que, desde mi punto de vista, debe contener para que sea benéfica para todo el universo emprendedor.