Colaborador Invitado

Paradoja ESG

Los criterios ESG deberían usarse para hacer más sostenible una empresa y no necesariamente es así.

Por Dra. Joaquina Niembro, profesora-investigadora de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Panamericana.

Entre los clichés actuales están: los 40 son los nuevos 30 (para la edad); el color café es el nuevo negro de la temporada (en la pasarela); Tik Tok es el nuevo YouTube (en las redes) y ESG es la nueva sostenibilidad (para la empresa). Y este último, como todo buen cliché, perderá frescura, poder y novedad. ¿Por qué? simplemente porque es un error de origen cuyo alcance y efectos secundarios aún no estamos en condiciones de evaluar.

Iniciemos con algo de historia. En 1953, Bowen, introduce la idea de empresa responsable en términos de valores sociales. Posteriormente, en los 80´s surge el concepto de Desarrollo Sostenible. En el 2021, Europa publica en el Libro Verde su política en materia de responsabilidad social corporativa (RSC). Fue el gran marco que irradió al mundo el concepto de RSC basado en Desarrollo Sostenible. Después llegaron las Inversiones Socialmente Responsables y hoy, estamos surfeando la nueva ola, la de los criterios ESG y esta por llegarnos la taxonomía verde.

Conocemos el concepto de sostenibilidad y su asociación con la competitividad (Competitividad y Sostenibilidad, ganar / ganar), no así, ESG. Los criterios ESG, son un conjunto de criterios financieros que las empresas aplican para la gestión de sus activos. Las siglas vienen de environmental, social y governance (Ambiental, Social y Gobernanza, ASG en español). Para Banco Santander, los ESG son los parámetros sostenibles de una inversión. Para Deloite, los ESG tienen fronteras difusas y por ello, recomienda delimitar la capacidad de acción de las empresas sobre ello, para identificar los intangibles frente a los inversores.

Los criterios ESG se presentan como aquellos que permiten elegir qué activos son ideales para una inversión sostenible, considerando los aspectos financieros que influyen en la valoración de la inversión a futuro. Incluso, existe la creencia de que con ESG la rentabilidad financiera no se antepone a los riesgos de largo plazo entiéndase riesgos E y S. No obstante, ¿realmente un fondo de inversión ESG está salvando al planeta?, ¿se garantiza la rentabilidad al accionista a la par de garantizar un mínimo impacto social y ambiental?, o es ¿simplemente es un nuevo greenwash?

Recientemente, Pucker y King renombrados economistas y especialistas en inversiones y sostenibilidad postularon en el Harvard Business Review que los criterios ESG se ocupan de caracterizar el impacto del mundo/naturaleza dinámicos en las pérdidas y ganancias de la empresa y no en el cómo las pérdidas y ganancias de la empresa impactan en el mundo/naturaleza. Reconocidos estudiosos del tema, como Simpson y Rathi, manifiestan su preocupación sobre que las grandes calificadoras de ESG están aplicando metodologías sesgadas a medir el impacto del mundo sobre la empresa y no al revés.

Retomo el postulado de Pucker y King con un ejemplo asociado al tema del agua. Ante la escasez del vital líquido, los criterios ESG se ocupan de cuánto esta escasez afectaría financieramente a la empresa. No de entender cómo las actividades de la empresa pueden propiciar la escasez de agua. Esto ocurre porque los criterios ESG tienen un alcance limitado y están creados para ayudar a la toma de decisiones financieras y, -con buena intensión- intentan de forma indirecta intentan hacer más sostenible a la empresa.

Esto se puede convertir en la eterna discusión de qué causa subyace, o mundanamente, qué fue primero el huevo o la gallina. ¿Qué es más importante? 1) el cómo afectan los problemas sociales y ambientales a mi empresa o 2) cómo mi empresa afecta a lo social y ambiental del mundo. La respuesta a mi parecer es simple y es: todo depende. Intentaré explicarlo, si la visión es pan hoy pese al hambre de mañana me voy por la 1). Si la visión es no comprometo el recurso futuro atendiendo la necesidad de hoy, me voy por la 2). Evidentemente no es una decisión trivial.

A mi parecer se genera una paradoja, que llamaré la paradoja ESG, pues los criterios ESG deberían usarse para hacer más sostenible una empresa y no necesariamente es así. Muchas empresas están sustituyendo sostenibilidad por criterios ESG interpretados de forma muy conveniente para sus operaciones y poco para la sostenibilidad. Como ejemplo real, una petrolera que sabe reportar y vender bien ESG, esta mejor calificada que muchas generadoras de energía renovable, porque el criterio es meramente financiero y no necesariamente la atención al medioambiente.

Usar ESG es la moda y tiene sentido que lo sea. Las empresas con perfil ESG ofrecen a sus stakeholders información valiosa que permite gestionar mejor el riesgo del flujo de caja corporativo. Migrar a ESG debe ser el complemento a la sostenibilidad que la empresa aplica para entender financieramente que la rentabilidad debe ir de la mano tanto, de la protección de los recursos naturales y la materia prima como, de las personas (salud, seguridad del producto, grupos vulnerables, equidad, etc.) ¿Es así? En la práctica parece que no.

Además de lo anterior, cabe mencionar que los fondos ESG usan criterios de E y S que no están regulados y no se auditan por autoridad reconocida. No pueden por tanto, ser comparables entre sí. Es cierto que existen estándares por sectores que se podrían aplicar como los SASB, aunque no son de aplicación generalizada. Puesto que aún estamos estudiando que tan útiles son los criterios ESG, no tenemos suficiente información para asegurar que realmente generan rentabilidad y de momento el beneficio al planeta no es claro.

No desaliento la inversión ESG, solo pongo sobre la mesa que ESG no debe ser tomado como sustituto de la sostenibilidad en la cultura de la empresa. No por ofrecer criterios ESG a mis stakeholders, mi empresa pasa en automático a estar comprometida con el cuidado de la casa común. No debemos quedarnos solamente en temas de pérdidas y ganancias económicas que, aunque tentador, no es orgánico al bienestar social ni a la naturaleza. Que deseable sería tener el check mark del cumplir ESG y per se ser una empresa sostenible y responsable con las futuras generaciones, no es así y pensarlo es muy peligroso. Reitero la paradoja.

iniembro@up.edu.mx

@JoaquinaNiembro

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