Colaborador Invitado

Entorno económico complejo para el 2023

Las perspectivas económicas a nivel global se han venido deteriorando por factores como: mayor inflación, elevación de las tasas y el ambiente de guerra en Europa.

La economía mexicana ha venido mostrando en las últimas semanas signos de un mayor dinamismo. El INEGI informó que en el tercer trimestre de 2022 el PIB trimestral, de acuerdo con su estimación oportuna, habría mostrado un aumento 1.0 por ciento respecto al trimestre previo en términos reales y de 2.7 por ciento en los primeros nueve meses del año a tasa anual. Para octubre, el Indicador Oportuno de la Actividad Económica anticipa un aumento de 5.0 por ciento a tasa anual. Estos resultados, si bien son mejores a los que se habían obtenido en meses previos, obedecen en buena medida a factores externos, tales como la mayor demanda de exportaciones mexicanas por parte de Estados Unidos y nuevos flujos de inversión extranjera directa por el nearshoring.

Los resultados recientes no auguran un mejor escenario para 2023. Para nuestro país, el FMI pronostica un crecimiento de 1.2 por ciento, igual al pronóstico de economistas del sector privado recabado por la encuesta del Banco de México y muy similar al 1.1 por ciento que estima el IMEF. De cumplirse estos pronósticos, sería hasta 2024 cuanto el PIB mexicano supere los niveles previos a la pandemia. Entre los principales factores de incidencia sobre el crecimiento económico en 2023 destacan los siguientes:

1. La evolución de la economía global, principalmente la de EU. El dinamismo económico de Estados Unidos y su pronta recuperación de la pandemia fue apoyado en buena medida por condiciones de mayor liquidez de consumidores y empresas, derivada de los programas de apoyo gubernamentales. No obstante, las perspectivas económicas a nivel global se han venido deteriorando de forma importante por varios factores, tales como la mayor inflación, la elevación de las tasas de interés y el ambiente de guerra en Europa, con lo cual el riesgo de una recesión en 2023 ha aumentado. La economía mundial ya está experimentando una desaceleración generalizada y la volatilidad de los mercados financieros internacionales refleja la dificultad que tienen los inversionistas para interpretar un futuro incierto.

2. El ambiente político y el respeto al Estado de derecho. La sociedad mexicana se encuentra dividida y la discusión se acentuó en las últimas semanas con el empoderamiento del Ejército y la propuesta de reforma electoral. En este entorno, el respeto al Estado de derecho, el equilibrio de poderes y la solidez de nuestras instituciones incidirán profundamente en las condiciones de inversión y para el crecimiento económico. Un alejamiento mayor de Estados Unidos en el marco del T-MEC por la política energética gubernamental también agravaría las condiciones para la inversión.

3. La estabilidad de las finanzas públicas. Las presiones sobre el balance fiscal podrían ser mayores a las que se estiman en el Presupuesto federal, por la sobreestimación de los ingresos y la subestimación del costo financiero de la deuda, en un escenario de elevación de tasas de interés. El menor crecimiento económico y su impacto sobre la capacidad recaudatoria del gobierno federal y los compromisos de gasto hacia programas sociales clientelares y proyectos emblemáticos de dudosa rentabilidad económica y social plantean una combinación de factores que eleva la fragilidad de las finanzas públicas e incentiva un mayor endeudamiento.

4. La evolución de la inflación y la política monetaria. El ciclo de alza en las tasas de interés no ha terminado. Existen algunas señales que sugieren la disminución de ciertas presiones inflacionarias, aunque la inflación subyacente continúa generando preocupación. Si la inflación se muestra más persistente el panorama económico luciría más adverso.

En este marco económico, la competencia política se irá elevando conforme nos acercamos a 2024. Para contrarrestar el impacto externo y reactivar la economía doméstica se necesitará de una combinación de medidas de política pública que eleven la confianza, que impulsen la producción y la generación de empleo, que mejoren la productividad, así como una asignación del capital más eficiente, como elementos centrales para el desarrollo económico y la reducción de la pobreza. Está por verse si las propuestas se basan en un compromiso genuino con México y su desarrollo, o si buscan únicamente acomodarse personal o institucionalmente en la coyuntura política que les rodea. Por un lado, se ofrece la continuidad de un modelo fallido y la vuelta al autoritarismo, por el otro se propone el cambio sin profundizar lo suficiente en la forma de lograrlo y sin argumentos ni liderazgos aún que convenzan a la mayoría de los mexicanos. Lo que ocurra en 2023 y por supuesto en 2024, será definitorio para establecer nuestra capacidad de construir un país más justo y prospero en las próximas décadas.

* Angel García-Lascurain Valero es socio director de AMCG/TANTUM. Presidente electo del Consejo Consultivo Nacional del IMEF para 2023. Presidente de la Comisión Nacional de Negocios y Financiamiento de Coparmex y Presidente del Comité de Actualización del Plan Estratégico de la misma Confederación.

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