Colaborador Invitado

Suelos mexicanos, protagonistas en la seguridad alimentaria

El país no solo es estratégico para alimentar al mundo, sino también para convertirse en un actor clave en el cuidado del planeta, modificando prácticas para conseguirlo.

Gilberto Macías, representante de Yara.

Si bien, la vigesimoséptima conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, mejor conocida como COP27 concluyó en noviembre, la conversación sobre los compromisos ambientales debe ser un tema clave en la agenda de todas las industrias todo el tiempo, ya que la mitigación del calentamiento global es clave para la preservación de la vida, como hasta ahora la conocemos.

Este evento mundial es un parteaguas que nos brinda referentes y pasos a seguir para trabajar en conjunto y lograr los compromisos que el país adquirió, ya que, limitar el aumento de la temperatura mundial a 1.5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, no es un trabajo solo de los científicos sino también de cada uno de los mexicanos que buscamos cultivar un futuro alimentario positivo para la naturaleza.

En esta edición, México destacó por sus nuevas metas de mitigación de emisiones, al pasar de una reducción de emisiones del 22 a 35 por ciento para el año 2030. Para lograrlo, será necesario múltiples esfuerzos que van desde la generación de energía a base de fuentes renovables, la disminución del uso de carbón, hasta el correcto uso de los suelos, ya que cada sector es una pieza del rompecabezas que necesitamos para lograr dichas metas.

México se encuentra en el lugar 14 de los países con mayores emisiones de gases de efecto invernadero, con el 1.35 por ciento de las emisiones globales. A la par, se ubica en la decimosegunda posición de producción de alimentos, lo cual nos indica que el país no solo es estratégico para alimentar al mundo, sino también para convertirse en un actor clave en el cuidado del planeta, modificando prácticas para conseguirlo.

El papel de los suelos mexicanos, en este sentido, se vuelve protagonista dado que gracias a ellos no solo se garantiza la seguridad alimentaria, sino que se logra la captura de emisiones de carbono y se promueve la biodiversidad, sobre todo, dado que en el país se concentran 87 por ciento de los tipos de suelo del planeta.

Derivado de esto, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) en colaboración con la Alianza Mundial por el Suelo (AMS) de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), generaron una serie de mapas digitales de potencial de captura de carbono para el territorio nacional, en particular en las regiones con uso de suelo agrícola, entre los que destacaron que las áreas agrícolas en el centro y sur del país tienen alto potencial de captura de carbono, donde se pueden fomentar las prácticas de manejo sostenible.

Para ello, es necesario adentrarnos en su ADN, a través del análisis de suelos que nos permita conocer el contenido de materia orgánica con lo cual se conoce la disponibilidad de nutrientes y su capacidad para retener el carbono y no liberarlo a la atmósfera.

Una vez que se tiene detectado el estado de salud de los suelos se pueden implementar dichas prácticas sostenibles para ayudar a reducir las emisiones de carbono, entre las que se encuentran la rotación de cultivos, la labranza cero, aumento de materia orgánica y el correcto aporte de nutrientes, que es vital para lograr un equilibrio en su salud ya que, de los 18 nutrientes esenciales para las plantas, 15 son suministrados por los suelos, siempre que estén sanos.

Según el Grupo Técnico Intergubernamental sobre los Suelos (GTIS), los suelos sanos son aquellos con capacidad para mantener la productividad, la diversidad y los servicios ambientales de los ecosistemas terrestres.

Los esfuerzos de México en los próximos ocho años deben ser extraordinarios para lograr un mundo equitativo, sostenible y justo para las comunidades y para el medio ambiente. Desde el sector agrícola estamos comprometidos a liderar nuestra trinchera en la consecución de una industria que alimente al mundo de manera responsable con el planeta. Invitamos a los demás sectores a unirse a estos objetivos y a navegar en una misma dirección para volver a México el máximo actor en la contribución climática y producción de alimentos.

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