Es cierto, y lo digo por experiencia propia, que los padres que trabajamos, hemos vivido en México (desde siempre) sin contar con el beneficio de poder estar con nuestros hijos y sus madres al momento de su nacimiento, y semanas posteriores. Mismo caso para aquellos padres que adoptan bebés y que no tenían ni siquiera una mención en la ley.
Para efectos de claridad de género en este artículo, me estaré refiriendo a padres como a hombres trabajadores o empleados en México, quienes puede ser padres por nacimiento o adopción de hijos o hijas.
Cuando mis dos hijos nacieron, sin duda los momentos más felices de mi vida, estuve presente en los dos partos de inicio a fin, afortunadamente en ningún caso hubo complicaciones. En el momento en que confirmé que tanto los bebés como su madre estaban sanos y estables regresé de inmediato a trabajar a mi oficina. En esa época era socio de mi propio despacho y no tenía que rendir cuentas a nadie más que a mí, a mis socios y a mis clientes, pero regresé porque así tenía que ser, debía dar ejemplo y, por supuesto, se debían pagar los gastos de hospital y honorarios médicos.
Otros múltiples casos, seguramente similares al mío, se dieron en hombres que trabajaban para empresas y no se veía bien que no regresaran a trabajar. Qué absurda idea, soy el primero en arrepentirme por no pasar más tiempo con mis hijos y ocuparme de ellos recién nacidos; por ello y por la convicción de ser padre, creo que es importante estimular condiciones y beneficios que hagan posible que esa convivencia natural y necesaria se incremente en beneficio de las familias que han decidido tener hijos e hijas y sobre todo en beneficio del país.
Afortunadamente hoy vivimos en un México que poco a poco y a fuerza de empujarlo, las nuevas generaciones han logrado concientizarnos en que tiene tanto derecho el padre como la madre de estar con los hijos al momento de sus nacimientos y semanas posteriores, ya sea para convivir, ayudarse como parejas o simplemente para estar con sus hijos o hijas.
Si bien no hemos llegado a un esquema como en Noruega u otros países europeos, hemos avanzado en la legislación laboral, hoy los empleadores están obligados a otorgar cinco días de descanso con goce de sueldo a los hombres que se convierten en padres por alumbramiento o adopción (artículo 132 fracción XXVII Bis de la Ley Federal del Trabajo).
¿Gran avance? No lo sé, lo que si sé es que afortunadamente muchas empresas están otorgando muchos más días a los trabajadores en este beneficio (entre 10 y 15 días de descanso con goce de salario).
Lo que me llama la atención es por qué nombramos a un derecho “permiso de paternidad”; me parece que en la carrera por la equidad de género, con la cual comparto totalmente su necesidad, este “permiso de paternidad” pone en alto la idea de que hombres y mujeres somos iguales ante la ley y demuestra lo que en diferentes entregas he comentado: los derechos y obligaciones son de las personas, así sin género, no de unos o de otros, de las personas y como personas debemos buscar la equidad e igualdad en la diversidad.
Para dejar abierto el debate ¿no creen ustedes que la productividad, eficiencia y eficacia serían mejores con personal (hombres y mujeres) felices y plenos que puedan estar menos estresados por saber cómo están sus hijos y parejas? Aquí ligo este tema con el incremento a los días de vacaciones que gracias a una muy buena idea —claro que perfectible— está actualmente por ser aprobada por nuestros legisladores una reforma para prácticamente duplicar las vacaciones a los trabajadores. Sumando esto al correcto descanso del personal nos dará muchos beneficios en salud mental, física de los individuos y, por supuesto, la productividad de la empresa en beneficio, insisto, del país.
Sigamos impulsando estos beneficios y acciones que nos ayudan en la lucha diaria para mejorar y lograr una real equidad de género en México. Siempre apoyaré estos temas y espero que logremos acelerarlos.