La transformación del Infonavit se puede ver desde distintas perspectivas, pero en esta ocasión me gustaría abordarla a través de los cambios en el balance general del Instituto.
Empecemos por el valor de los activos. En diciembre de 2018, el valor de los activos totales del Infonavit ascendía a 1.42 billones de pesos, mientras que al cierre de noviembre de 2022 la cifra era de 2.02 billones, es decir, se observó un crecimiento de 41 por ciento. Lo anterior puede resultar obvio si tomamos en cuenta que el número de empleados registrados en el IMSS ha aumentado 1.2 millones en este mismo periodo: los patrones siguen aportando sus cuotas y no ha cesado la actividad de crédito.
Lo interesante, entonces, no es el crecimiento de los activos, sino cómo ha evolucionado su composición. Me explico. De diciembre de 2018 a noviembre 2022, la cartera neta de crédito pasó de 79 a 70 por ciento de los activos totales, mientras que las disponibilidades e inversiones pasaron de 11 a 27 por ciento. Es decir, el incremento en los activos totales durante estos últimos cuatro años se explica más por el crecimiento de las reservas de inversión que por la cartera de crédito.
¿Qué ha significado para nosotros esta nueva configuración? En corto, ha sido administrar de forma diferenciada una gran cantidad de recursos para seguir pagando rendimientos positivos a la subcuenta de vivienda. Sin embargo, para hacerlo, tuvimos que implementar diferentes estrategias con las que hoy podemos estar seguros de que los recursos de los trabajadores se administran con eficiencia y transparencia.
La primera, fue establecer un área propia de inversiones en valores, que estuviera diseñada conforme a mejores prácticas y que cubriera internamente el proceso de inversión completo para todas las clases de activos previstas para la inversión de los recursos del Sistema de Ahorro para el Retiro.
La segunda, fue hacer una política de manejo de recursos que nos permitiera contar con liquidez suficiente para ejecutar todo nuestro programa de crédito y operación, y que los excedentes se transfirieran al fondo de inversión en valores.
En tercer lugar, para administrar esos recursos se creó un nuevo marco normativo para las inversiones (políticas, lineamientos, manuales y procedimientos), así como un portafolio de referencia para comparar los rendimientos obtenidos contra una marca teórica.
Por último, incorporamos al fondo como signatario de los Principios de Inversión Responsable respaldados por Naciones Unidas, por lo que estamos trabajando activamente en la incorporación de los criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo en nuestros procesos de análisis y toma de decisión de inversiones.
Gracias a estas acciones, el diseño defensivo de la estrategia de inversión, y la administración responsable y tripartita del portafolio de inversión del Infonavit, hoy las inversiones en valores del Instituto generan mayores rendimientos que el promedio ponderado de las Sociedades de Inversión Especializada de Fondos para el Retiro (Siefores) del Sistema de Ahorro para el Retiro a 60 meses (6.68 por ciento SAR, 7.61 por ciento Infonavit).
¿Cómo beneficia esto a las y los trabajadores? Estos rendimientos se complementan con los rendimientos que se obtienen de los préstamos para vivienda. De esta manera, al cierre de este año otorgaremos rendimientos positivos a 70 millones de cuentas en administración y, con ello, se evitará la pérdida de poder adquisitivo de los ahorros por la inflación. Adicionalmente, en la medida en que nuestro programa de crédito se amplíe como se propone para el año 2023, se podrán obtener mejores rendimientos a favor de los trabajadores.
El Infonavit más que nunca es una plataforma de ahorro, inversión y préstamos que ayuda a los trabajadores a construir su patrimonio. Estamos listos para enfrentar los retos 2023.
* El autor es director general de Infonavit.