Delice Cruz, CFO de Telefónica Movistar México
La posición de Chief Financial Officer (CFO) es crítica para las empresas y ha tenido una importante evolución; no obstante, las mujeres siguen encontrando obstáculos para lograr ocuparla.
La gestión y operación de las organizaciones recae de forma transversal en un equipo directivo, y uno de los roles más importantes es el de Chief Financial Officer, posición que históricamente ha sido ocupada por hombres en un gran número de sectores.
La evidencia, a nivel nacional e internacional, muestra poca participación femenina en los procesos de toma de decisiones financieras dentro de las compañías. En México, de acuerdo con el Women Matter Report 2022, solo 10 por ciento de los puestos directivos en las organizaciones son ocupados por mujeres.
En contraste, el estudio Mujeres Directivas 2022, publicado por Grant Thorton, revela que a nivel global el 37 por ciento de los puestos de CFO fueron ocupados por mujeres, representando un aumento de 7.0 por ciento respecto a 2020.
Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), ha recomendado incrementar la representación femenina en puestos de liderazgo, al considerar que la presencia de mujeres en finanzas y la creación de políticas, van de la mano con la resiliencia financiera. Lo anterior se refleja en un mejor desempeño y rentabilidad en los lugares donde ellas ocupan puestos de liderazgo.
Las mujeres cuentan con todas las habilidades y capacidades para cubrir un perfil de CFO de forma exitosa, entre los soft skills que más se requieren se encuentran: la flexibilidad, capacidad de adaptación, liderazgo y la inteligencia creativa, para poder responder a los requerimientos de las compañías.
Dentro del sector financiero, se deben encarar retos importantes para llegar a ser CFO, normalmente deben enfrentar los mismos obstáculos que encuentran todas las mujeres en el mundo laboral, como las diferencias en las cargas de trabajo y en salarios respecto a los varones, la carencia de políticas de conciliación entre trabajo y vida familiar, así como la imposición de estigmas y estereotipos de género.
Uno de los retos principales para nosotras dentro del sector financiero continúa siendo la conciliación de la vida profesional con la vida personal y familiar. Para superar este desafío, es indispensable que, sumado a una férrea voluntad y un alto nivel de competitividad, las empresas desarrollen una cultura organizacional sustentada en la inclusión y la diversidad como valores fundamentales.
Aun cuando todavía existen pocas mujeres CFO en el país, es un hecho que su persistente participación laboral, constante preparación académica y creciente experiencia profesional, dejan ver que no hay marcha atrás para superar las barreras que siguen deteniendo su incorporación plena a un ambiente tan especializado y competitivo como el financiero.
Las mujeres que hemos podido llegar a la posición de CFO, debemos seguir abriendo el camino para que puedan llegar más, apoyando las políticas en la empresa de diversidad, flexibilidad laboral, así como mentoría a otras mujeres en posiciones de mandos medios, para que puedan seguir avanzando en su carrera profesional.