Eduardo Sánchez Saucedo, empresario y presidente nacional de RETO
Ecuador es una tierra bendecida con gente amable, trabajadora y solidaria que ha sido testigo de una dolorosa realidad: Nuestro gobierno lamentablemente, no ha sabido reflejar los valores que nos caracterizan como nación. No ha construido puentes de diálogo y ha dejado de lado acciones en favor del desarrollo nacional, sumiendo a nuestro amado país en una profunda crisis.
Los últimos tres meses, hemos presenciado constantes crisis políticas que han frenado nuestra economía y han generado un incremento alarmante de la violencia en nuestras calles. Ecuador pasó de 7 homicidios por cada 100 mil habitantes a 27 en sólo dos años, vivimos una inflación superior al 3.5 por ciento interanual y un tenso panorama social.
El miércoles de la semana pasada, vimos nuestros bonos soberanos desplomarse y el miedo de los inversionistas nacionales e internacionales resurgir, lo que inevitablemente se convertirá en un desafío para nuestras decisiones económicas, y las de todos.
Pero la semana pasada, esta crisis tomó un nuevo y preocupante giro. La Asamblea Nacional votó a favor de iniciar un juicio político contra el presidente Guillermo Lasso, acusándolo de presunto peculado.
El esperado día del inicio del juicio, el presidente compareció ante la Asamblea y tomó la decisión de cesar a dicho poder legislativo. El mandatario tuvo la facultad de hacerlo debido a un mecanismo constitucional llamado “muerte cruzada”. Ahora, lo que se avecina es un nuevo llamado a elecciones presidenciales y en la Asamblea Nacional antes de seis meses.
En este periodo de incertidumbre, el presidente Lasso podrá ejercer el cargo emitiendo decretos. La esperanza de los ecuatorianos reside en que no tome decisiones que afecten a los ciudadanos, pongan en riesgo las instituciones democráticas o mermen el esfuerzo económico de todos.
Lamentablemente, esta situación es solo un ejemplo más del escenario de zozobra que hemos vivido en Ecuador. Nos encontramos en un constante estado de pugna por el poder, donde los viejos políticos han dejado de lado las verdaderas necesidades del pueblo. La economía, la seguridad, el desarrollo sostenible y la lucha contra la pobreza han quedado paralizados por esta triste realidad.
En los últimos años, hemos sido testigos del deterioro de nuestras fuerzas políticas y de los representantes de la Asamblea. Lamentablemente, muchos de ellos solo buscan su propio beneficio, olvidando las razones por las cuales fueron elegidos. Por su parte, el presidente Lasso no ha estado a la altura de las expectativas y necesidades de Ecuador. Su liderazgo ha dejado al país sumergido en la violencia, la pobreza y la frustración.
Yo soy un empresario dedicado a las energías limpias, pero también soy un ecuatoriano que ve que Ecuador no va por el rumbo correcto.
Por eso, me uní a personas que comparten conmigo el deseo de cambiar de dirección para hacer crecer a Ecuador y creamos el movimiento llamado RETO hace un año. Creemos que todos estamos en el mismo barco y estamos seguros que todos podemos contribuir a llevarlo a buen puerto.
Ha llegado el momento de reflexionar juntos sobre cómo enfrentar los desafíos que más afectan a los ecuatorianos: la seguridad, la salud, la educación, la economía y el desarrollo sostenible. Hoy más que nunca, necesitamos unirnos como ciudadanos. Debemos buscar el diálogo plural y fortalecer nuestra democracia.
Necesitamos escuchar todas las voces y por eso invito a todas las personas que quieren un Ecuador limpio, incluyente y seguro a unirse a este RETO.
La solución está en cada uno de nosotros, los ciudadanos. Estoy plenamente convencido de que unidos podemos recuperar el rumbo y convertir a Ecuador en un ejemplo de desarrollo pacífico, inclusivo y sostenible. A pesar de las dificultades, la esperanza debe guiar nuestros pasos hacia un futuro mejor.
¡Levantémonos juntos, Ecuador! Ha llegado el momento de luchar por el país que soñamos y merecemos.