Lorena Martínez, directora de Asuntos Regulatorios de Enel México
La actualidad eléctrica de México, y su generación a través de tecnologías limpias, es alentadora. Una muestra de ello es la energía solar fotovoltaica, la cual tiene una oportunidad de crecimiento importante.
Y es que el nivel de irradiación y la vasta extensión del territorio nacional permiten un alto potencial de instalación para esta clase de energías, las cuales podrán llegar a crecer hasta 28 veces, en comparación con la capacidad total actual del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), de acuerdo con cifras de la Asociación Mexicana de Energía Solar.
Vale la pena destacar que, del 2017 al 2022, la generación de energía eléctrica en México creció 10.3 por ciento, pasando de 302.8 tera watts-hora (TWh) a 333.8 TWh en dichos años, según información del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace).
Este incremento, precisamente, está ligado al impulso de las renovables en el país, el cual comenzó desde diciembre de 2015 cuando se aprobó la Ley de Transición Energética en México, misma que establece la participación de fuentes de energía limpia o renovable en la generación de electricidad.
El impacto que tendrán en el futuro será vital, ya que permitirá, entre otras cosas, asegurar la calidad de vida, la igualdad y los derechos humanos.
Además, el mercado de las energías renovables hará que la oferta de empleos también aumente: la Agencia Internacional de Energía prevé que la transición hacia las cero emisiones traerá consigo un aumento global del empleo en el sector energético, una vez que se complete la etapa de cambio, ya que se estima que las energías limpias detonarán alrededor de 14 millones de puestos de trabajo.
Por otra parte, el bolsillo de los consumidores tendrá un impacto positivo: la electricidad procedente de fuentes limpias es más barata que las actualmente dominantes, y podría proporcionar el 65 por ciento del suministro eléctrico total del mundo en 2030, de acuerdo con la ONU.
Aunado a estos beneficios, el impacto ecológico es evidente, ya que se podría descarbonizar el 90 por ciento del sector eléctrico para 2050, minimizando las emisiones de carbono y así aportar a la reducción del calentamiento global.
La dirección de la transición energética es unánime, además de rentable para el planeta, la economía y la sociedad mexicana. Esto será posible únicamente con la constante participación conjunta, y diálogo abierto, entre todos los actores del sector.
Nos sumamos a este camino colaborativo con México, para posicionarlo como líder de Norteamérica en la generación y distribución de energía rentable y limpia. Tomemos la oportunidad y continuemos trabajando para lograrlo.