Colaborador Invitado

‘Superpeso’

La moneda mexicana alcanzó un nivel no se había visto desde el 18 de diciembre de 2015, se apoyó en una serie de circunstancias coyunturales tanto internas como externas.

Sergio Chagoya, Experto en inversiones y asesoramiento de empresas en materia corporativa y regulatoria de Santamarina y Steta

El peso registró esta semana su mejor nivel en casi ocho años, considerada por analistas financieros como una racha positiva frente al dólar; la moneda mexicana rompió la barrera de los 17 pesos, por lo que cotizó en 16.99 unidades por cada divisa estadounidense.

Este nivel no se había visto desde el 18 de diciembre de 2015 cuando el tipo de cambio alcanzó 16.9590 pesos por dólar. Sin embargo, estas cifras se deben a una serie de circunstancias coyunturales tanto internas como externas.

Por un lado, el hecho de que seguimos recibiendo muchas divisas de todos nuestros paisanos que trabajan en los Estados Unidos. Dinero que se ha convertido en uno de los principales salvavidas de las familias mexicanas ante un entorno económico que apenas se está recuperado tras la crisis que dejó la pandemia ocasionada por el coronavirus.

Para darnos una idea, los envíos de dinero a México han alcanzado la cifra inédita de 58 mil 497 millones de dólares en 2022, lo que supone un crecimiento del 13.4 por ciento respecto al año previo, de acuerdo con datos del Banco de México.

Otro factor es que no se sufrió un endeudamiento importante como lo hizo gran parte de los países europeos, el propio Estados Unidos y Canadá. Lo anterior no fue producto de una coyuntura, sino de una decisión razonada y fuerte de nuestro Gobierno Federal, en un entorno global de graves crisis de salud pública y económica.

También recordar que la economía mexicana se basa en la política y 2024 será un año de elecciones presidenciales, por lo que los mercados financieros estarán reaccionando muy bien al peso mexicano.

El 2024 será un año decisivo para el peso mexicano, ya que se viene el cierre sexenal de Andrés Manuel López Obrador; en otros sexenios esto ha traído muchas veces crisis económicas y financieras.

Esperamos que nuestro banco central, y la Secretaría de Hacienda, en su ámbito competencial, continúen con la correcta aplicación de políticas monetarias y financieras respectivamente.

El peso mexicano presenta una solidez gracias a las acciones hechas por el banco central que está manteniendo una función muy técnica y muy ordenada, lo que provoca que exista mayor demanda del peso y por lo tanto su valor sube.

CÓMO ENTENDER EL “SUPERPESO”

Una apreciación del peso frente al resto de las monedas, o “superpeso” como lo que estamos viendo, significa una buena noticia para aquellas empresas que importan materias primas, mercancías o servicios, pero significa una caída en el valor de los productos de aquellas empresas que exportan.

El “superpeso” también tiene sus efectos negativos, ya que recibimos menos recursos, menos dinero dado la fortaleza del tipo de cambio; los dólares que te pagan ya no se traducen en tantos pesos y es por eso que hay muchas industrias que están resintiendo ese tipo de cambio tan fuerte.

Ya que nuestro mercado es considerado como una “economía exportadora”, esto es, con una importante planta de manufactura no es como la canadiense o la norteamericana.

Podremos hablar de resultados hasta que veamos qué efectos dejan las megas obras, es decir, si generaron empleos, hay un desarrollo económico, más empresas, mayor pago de impuestos.

El peso mexicano concluyó el primer semestre con una apreciación cercana al 12 por ciento. Se trata de la segunda moneda, entre un grupo de 30 divisas de economías emergentes y desarrolladas, con mejor desempeño en el año, solo detrás de la colombiana, así lo destacó CIBanco.

Nuestra moneda nacional mantiene una robustez, derivada de los hechos y circunstancias reseñadas; sin lugar a dudas, el Banco de México ha cumplido con su imperativo constitucional, de preservar la estabilidad de su poder adquisitivo y fortalecer la rectoría del desarrollo nacional, a cargo del Estado mexicano.  Sin perjuicio de ello, los siguientes meses de intensa actividad política y electoral a nivel nacional, presentarán nuevos retos a los tomadores de decisiones de las más relevantes políticas públicas y macroeconómicas, por lo que hacemos votos para que los mismos, con mesura y altas miras, los superen de la mejor manera, en beneficio de nuestro peso y de todas las mexicanas y mexicanos.

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