Todos los años, el gobierno federal destina una gran cantidad de recursos a la educación básica, más de 563 mil mdp para 2023; la educación es el cuarto rubro más importante de todo el presupuesto federal, después de la pensión a adultos mayores, petróleo y servicios de salud. Desafortunadamente por la opacidad en el gasto o inversión, no es posible saber si los recursos aprobados en el Proyecto de Presupuesto de Egresos fueron utilizados de forma adecuada o si se logró cumplir el objetivo para el cual fueron destinados.
¿En qué se necesita invertir para mejorar la educación pública en México? es una gran pregunta. Mejorar es algo que se puede entender de muchas formas, pero en la educación es claro que se invierte para que todas las niñas, niños y adolescentes en edad escolar lleguen a la escuela en tiempo y forma y que aprendan mejor en ella.
Para entender si el gasto educativo cumple con su principal objetivo analizamos más de 10,000 programa presupuestales de los últimos 20 años e identificamos 1,250 destinados a la educación básica que agrupamos en 18 líneas o ejes de gasto. El hallazgo fue que los recursos destinados a la implementación curricular, libros te texto y materiales educativos, acciones de equidad e inclusión, educación socioemocional y tecnologías de la información han tenido un impacto positivo en la Tasa Neta de Matriculación en la Primaria y en la Secundaria, así como en un mayor Grado Promedio de Escolaridad (que las personas estudien mayor número de años). Es decir, si buscamos que más niñas, niños y adolescentes cursen la primaria y secundaria a la edad que les corresponde, y si queremos un país en el que la gente siga con su trayectoria escolar y la concluya, los recursos deben enfocarse en estrategias y programas de aprendizaje y permanencia de estudiantes.
Sin embargo, a pesar de los beneficios que dichos programas han ofrecido, el actual gobierno ha destinado menos de la mitad del gasto educativo a estos cinco rubros, en comparación con las dos administraciones anteriores. Ninguno de los cinco ejes de gasto relacionados con el acceso y permanencia de niñas, niños y adolescentes en las escuelas es prioritario para el gobierno morenista. Por el contrario, dos de ellos (implementación curricular y acciones de equidad e inclusión) tienen una tendencia decreciente y dos (educación socioemocional y tecnologías de la información) han desaparecido.
El actual gobierno ha destinado en promedio 1.8 de cada 10 pesos en los rubros antes mencionados, mientras que en los primeros cinco años de la administración de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón, la inversión fue de 4 y 3.9 pesos de cada 10 pesos en promedio, respectivamente. Los recursos que se quitaron a los cinco ejes de gasto se destinan ahora a becas, pero cada año de esta administración también se ha reducido el porcentaje para las mismas. En 2019, el 57 por ciento del gasto educativo fue para el programa de becas y para 2023, esta proporción fue sólo de 41 por ciento. Esto explica por qué la inversión en educación se redujo de 11.32 por ciento del gasto federal en 2018 (cuando arrancó la actual administración) a 9.46 por ciento en este año.
Estos primeros hallazgos deben complementarse con nuevos tipos de análisis del presupuesto que busquen profundizar en la articulación del gasto federal/estatal/municipal, en la forma en cómo llegan los recursos a las escuelas y en lo que finalmente reciben las niñas, niños y jóvenes. Lo más importante es que podamos conocer a quién afecta más este tipo de disminuciones en el gasto, así como visibilizar las desigualdades que pueden haber en la repartición de los fondos; es decir, si recibe lo mismo cada niño en la Sierra de Oaxaca, por dar un ejemplo, o en la Ciudad de México.
Para la discusión y aprobación del presupuesto de egresos de la Federación 2024 en la Cámara de Diputados, en Mexicanos Primero proponemos que se tomen en cuenta los programas de permanencia y aprendizaje y se hagan las modificaciones adecuadas, porque ir a la escuela, permanecer y aprender en ella, y concluir sus trayectorias escolares es el factor que puede cambiar el futuro de miles de niñas y niños en México.
* El autor es director de Investigación en Mexicanos Primero.