Colaborador Invitado

El trilema energético

El trilema energético es un desafío continuo que requiere de la participación y la colaboración de todos los actores para lograr un futuro energético sostenible que permita el desarrollo del país.

Juan Carlos Machorro, abogado socio líder de la práctica transaccional de Santamarina y Steta

El trilema energético es un tema de vital importancia para el desarrollo sustentable de los países y se refiere a la necesidad de encontrar un balance entre tres aspectos fundamentales: la seguridad energética, la sustentabilidad ambiental y la accesibilidad económica de la energía.

Este trilema plantea un desafío complejo al buscar satisfacer la demanda creciente de energía sin comprometer el medio ambiente ni la economía. Para lograrlo, es necesario diversificar fuentes de energía, promover la eficiencia energética y fomentar la investigación y el desarrollo de tecnologías limpias.

Recientemente la Barra Internacional de Abogados (International Bar Association - IBA) publicó la primera de dos partes en Global Insight de un estudio relacionado con la utilización de combustibles convencionales en medio de la crisis climática (Conventional Fuels in the Age of Climate Crisis - Katie Kouchakji, IBA Environment Correspondent - 19 de julio de 2023), que incluye la participación de abogados de distintos países y analiza aspectos legales relacionados con la utilización de combustibles convencionales -petróleo, gas, carbón y energía nuclear-, en relación con las respuestas a la crisis climática y la necesidad urgente de acelerar el paso en la transición energética.

Las economías modernas de Occidente fueron construidas en la espalda de la energía a base de carbón, misma que llevó adelante la Revolución Industrial. Al cierre del año 2021, los combustibles fósiles alcanzan todavía el 61.3 por ciento de la generación eléctrica global.

Gobiernos y órganos reguladores alrededor del mundo se topan continuamente con los retos que plantea el trilema energético que idealmente deberían resolverse en forma simultánea. Frecuentemente, sin embargo, debe privilegiarse uno sobre los otros.

Estas decisiones a cargo de los gobiernos pueden tener impactos considerables en los participantes del mercado; a saber, generadores, productores y consumidores de energía y en las comunidades involucradas en la explotación de plantas de generación de energía a partir de fuentes convencionales.

Las decisiones son por lo tanto complejas y la situación actual ha modificado las prioridades en las agendas políticas.

En efecto, la guerra en Ucrania ha priorizado la seguridad energética y la accesibilidad económica a costa de un manejo adecuado de temas relacionados con la crisis climática al reanimar la utilización de combustibles fósiles.

Las soluciones recientes a cargo de los gobiernos han pasado por privilegiar el uso de energías renovables y el encarecimiento del uso de combustibles fósiles.

En abril de este año, por ejemplo, Francia, Alemania, Noruega y el Reino Unido anunciaron planes para desarrollar proyectos de energía eólica offshore y de hidrógeno verde en el Mar del Norte para generar 120GW para 2030 y 300GW para 2050.

Otra solución ha consistido en acudir a mecanismos de precios de carbono e impuestos a las emisiones. Estas medidas podrían dar como resultado que los proyectos que alguna vez fueron rentables a partir de petróleo, gas o carbón, se conviertan en proyectos económicamente inviables, además de afectar el periodo de vida útil de proyectos que normalmente son de largo plazo. Sin embargo, como ha quedado anotado, la coyuntura geopolítica ha puesto de cabeza las prioridades y los planes que hasta hace unos años pretendían privilegiar en forma más decidida el combate al cambio climático.

Otra tendencia consiste en reutilizar minas de carbón ya cerradas para ser reutilizadas en proyectos de energías renovables convirtiéndose en parques fotovoltaicos, de generación de energía eólica o bien en proyectos de baterías de almacenamiento, como ha ocurrido en el bosque de los Montes Apalaches en el estado de Virginia en la que seis minas de carbón abandonadas serán convertidas en granjas fotovoltaicas.

Si bien queda claro que resulta fundamental promover la diversificación de las fuentes de energía, fomentar la eficiencia energética y apoyar la investigación y el desarrollo de tecnologías limpias con miras a garantizar la seguridad energética, la sostenibilidad ambiental y la accesibilidad económica para las generaciones futuras, el mundo se topa frecuentemente con situaciones coyunturales que modifican las agendas.

El trilema energético es un desafío continuo que requiere de la participación y la colaboración de todos los actores para lograr un futuro energético sostenible que permita el desarrollo del país.

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