Colaborador Invitado

A 50 años del golpe de Estado: no es pasado, es presente

Los 50 años del golpe militar que terminó de manera brutal con el gobierno de Salvador Allende se conmemoran en clave de democracia, memoria, futuro y solidaridad.

Beatriz Sánchez Muñoz es embajadora de Chile en México.

Este año, Chile está conmemorando los 50 años desde el golpe militar que terminó de manera brutal con el gobierno de Salvador Allende. Lo hace bajo ciertos conceptos clave: democracia, memoria, futuro y solidaridad.

Democracia, porque contrario a lo que podríamos pensar en pleno siglo 21, los valores democráticos en el mundo no son consenso.

Memoria, porque luego de una dictadura brutal que mató, torturó, violó e hizo desaparecer personas; con la idea de que nunca más en la historia un proyecto como el de la Unidad Popular fuera posible, es necesario rehacer y recuperar nuestra propia historia.

Futuro, porque un país no puede construirse y no puede proyectarse sin entender, aceptar y conocer su pasado. Y solidaridad, para reconocer lo que tantas y tantos otros hicieron por el pueblo de Chile. Es aquí donde México ocupa un lugar especial. Sin su apoyo y sus gestiones, miles de chilenas y chilenos no habrían sobrevivido; sin su generosidad, no habrían encontrado un refugio y un hogar; sin su respaldo, no habría existido la Casa de Chile ni la organización de chilenos en el exilio. México nos dio esperanza en los tiempos más oscuros.

Pero esta fecha también es presente.

Esta conmemoración, que puede parecer historia, que puede parecer pasado, no lo es. Es presente y está más presente que nunca en Chile. No sólo hoy atravesamos un proceso constituyente que busca terminar con la Constitución heredada de la dictadura. Continuamos también, en Chile y en América Latina, una discusión abierta respecto a la concentración de la riqueza y el poder, a las desigualdades y a la alta segregación de la población. Son tensiones que hoy enfrentamos a diario.

En 1972, de esta manera lo decía el presidente Salvador Allende: “El crecimiento no basta si no está inspirado en atender primero las necesidades de las grandes mayorías y no en la inagotable voluntad de consumo de los más acomodados”. Y agregaba: “Un 2% de las familias controla el 46% del ingreso nacional. Mientras tanto, el 60% de las familias tiene un salario inferior a dos sueldos vitales y percibe el 17% de los ingresos del país. Unos pocos son muy ricos, la abismante mayoría es pobre. Para acabar con esto llegamos al gobierno”.

A 50 años del golpe de Estado en Chile, el ejercicio de memoria es necesario. También necesitamos aprender que el pasado es presente y también es construcción de futuro.

Como lo dijo el presidente Salvador Allende, en sus últimas palabras, aquel fatídico 11 de septiembre de 1973: “Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos…sigan ustedes sabiendo que más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor”.

“¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!”.

Es por esto que los 50 años del golpe se conmemoran en clave de democracia, memoria, futuro y solidaridad.

#ParaQueNuncaMás.

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