El pasado viernes 8 de septiembre, el secretario de Hacienda y Crédito Público, Rogelio Ramírez de la O, presentó ante la Cámara de Diputados el último Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) de esta administración, para su discusión, posible modificación y posterior aprobación.
Este proyecto es especialmente relevante, puesto que representa los mayores egresos de la administración del presidente López Obrador. Para 2024, se proyecta un gasto de 9 billones 22 mil millones de pesos, lo cual es un aumento del 4.3 por ciento respecto al Presupuesto aprobado para 2023.
El Secretario de Hacienda marcó tres prioridades en el PEF: seguridad, salud y educación. En el sector salud se tendrá un aumento real de 55 mil 268 millones de pesos, 5.9 por ciento más respecto al monto aprobado en 2023.
Sin embargo, en el ramo 12 (Salud) se expresa una disminución del 55.8 por ciento (equivalente a 122 mil millones de pesos). Esto ha generado críticas y rumores infundados de ciertos sectores. Esta reducción en realidad se refiere al presupuesto que anteriormente estaba destinado al Insabi, y que ahora se ha reasignado al nuevo Órgano Público Desconcentrado (OPD) Servicios de Salud IMSS-Bienestar (IMSS-B), con un total de 128 mil millones de pesos para 2024.
El anterior monto se encuentra detallado en el ramo 47, relacionado con entidades no sectorizadas, por lo que ya no aparece en el ramo 12. Argumentar de este ‘supuesto’ recorte del presupuesto en esta secretaría es impreciso.
Conforme al Programa Estratégico de Salud para el Bienestar de la Secretaría de Salud (DOF 2022), mediante la estrategia de Federalización de servicios de salud a través del IMSS-B, se espera optimizar el gasto y evitar duplicidades. Así, la promoción y prevención de salud recaerán en la secretaría, mientras que la atención médica estará a cargo del IMSS-B.
En este contexto, el PEF 2024, en su ramo 12 (Salud), contempla un incremento del 4.8 por ciento en acciones preventivas y de promoción a la salud (vacunación, salud materna, adicciones, prevención de enfermedades crónicas, obesidad y diabetes, por mencionar), desmintiendo argumentos sobre posibles riesgos a estos programas.
En general, en el PEF 2024 se observa un incremento en el presupuesto destinado a salud. Destacan los aumentos para el IMSS ordinario (régimen obligatorio), con un 10 por ciento; para el ISSSTE, con un 3.4 por ciento; los 128 mil millones para el OPD IMSS-B; y 21 mil millones para el programa IMSS Bienestar, así como la disminución del 55 por ciento en la Secretaría de Salud por las razones antes mencionadas.
A lo largo de esta administración se ha observado un crecimiento constante en el presupuesto del sector salud, superando a las administraciones previas. Sin embargo, aún no se cumple con la meta de incrementar dicho presupuesto en un punto del PIB.
Pese a que todavía queda camino por recorrer para alcanzar un gasto en salud comparable al de naciones con mejores economías, no hay razones para prever un ‘desastre’ económico en la salud de México, especialmente considerando el contexto electoral y la polarización creciente.
Es importante que trabajemos juntos para mejorar la calidad de la atención médica, fortalezcamos una atención primaria a la salud con una participación comunitaria real y efectiva, gestionemos eficientemente los aún escasos recursos económicos y pongamos sobre la mesa si el gasto en salud en México debe basarse en 6 puntos del PIB, o bien, en alguna otra métrica económica.
Juan Manuel Lira es médico especialista y extitular de la Unidad de Atención Médica del IMSS.
Twitter: @doclira1