Colaborador Invitado

El reto de la transformación y el ASG del sector financiero

El sector financiero requiere un cambio de timón para tener una visión de largo plazo, que asegure la rentabilidad del negocio sin perder de vista la necesidad de dejar un impacto positivo.

David Romero, director general de Fincomún

Vivimos una época particularmente desafiante debido al cambio climático, la escasez de recursos naturales, la necesidad de operar con más ética, la incorporación de nuevas tecnologías, el aumento de la migración y la mayor demanda de igualdad e inclusión.

Afortunadamente como humanidad siempre hemos tenido la capacidad para adaptarnos continuamente al cambio, pero a diferencia de otras épocas, hoy la situación requiere una reacción más rápida, lo que implica dar paso a nuevas estrategias. Se trata, sin exagerar, de tomar decisiones que nos permitan darle continuidad a nuestra propia especie.

Se necesita determinación y cooperación para atender estas problemáticas. No lo dudemos, lo lograremos. Pero la pregunta es: ¿estamos actuando a la velocidad necesaria?

El sector financiero no está exento de sus propios desafíos. Nuestro reto más grande es que enfrentamos una creciente necesidad de transformación y redefinición de estándares en la atención a nuestros clientes, ya que hay una urgencia por acelerar el uso de tecnologías para hacer más eficiente las operaciones. Eso implica, por sí solo, una transformación constante que estamos viviendo precisamente en el sector.

Además, existe el reto de la inversión en ciberseguridad y alertas a nuevos riesgos, lo cual es un campo en constante evolución y que está sujeto a una regulación específica que también está adaptándose.

Y por último, tenemos un objetivo permanente: la inclusión financiera, que hoy en día implica la incorporación de la población a las operaciones y transacciones digitales, permitiéndoles beneficiarse de manera tangible de la tecnología.

Pero en medio de todo, en el ámbito financiero, como en otros sectores económicos, estamos avanzando rápidamente en el camino por actuar con sostenibilidad, es decir, asegurando nuestro futuro y dejando un legado suficiente de recursos para las siguientes generaciones.

Cada institución financiera debe replantearse si logrará transformarse a tiempo bajo esta visión.

La adopción de los estándares ASG (Ambiente, Sociedad y Gobernanza) nos está dando una guía imprescindible para los nuevos tiempos, en un mundo donde la preocupación por el cambio climático, la igualdad social, la dignidad de las personas y la transparencia corporativa están en aumento. Creo que abordar estos aspectos se ha vuelto esencial para garantizar la continuidad y la rentabilidad de las organizaciones.

Los criterios ASG nos ayudan a identificar y gestionar a tiempo los riesgos y por si fuera poco, a ser considerados por los inversionistas. Y no menos importante, es mencionar que los consumidores están mostrando una creciente preferencia por empresas que demuestran un compromiso por cuestiones ASG, ya que equivale a la adopción de prácticas sostenibles y éticas, lo cual incluye a todos los grupos de interés directa e indirectamente involucrados en la operación.

Este es el cambio de timón que requiere el sector financiero para tener una visión de largo plazo, que asegure la rentabilidad del negocio sin perder de vista la necesidad de dejar un impacto positivo.

Es verdad, adoptar estos criterios en las instituciones financieras es un proceso que implica una transformación en la cultura organizacional, inversión en tecnología y gestión de información, todo en medio del cumplimiento de un entorno regulatorio en constante evolución.

A pesar del desafío, cumpliendo 29 años de operación, estamos trasformando a la institución con el enfoque ASG, porque la única forma de crecer en el mundo actual es a través de principios que consideren problemáticas universales y locales, sociales y ambientales.

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